El aguacate es un señalado árbol tropical desarrollado en el Neotrópico desde tiempos antiguos, es de hoja perenne y de la familia de las lauráceas. Con más de 10 mil años de historia y una fuerte presencia en la gastronomía mundial, hoy es uno de los frutos de mayor aprecio en las mesas del mundo. Se utiliza para la elaboración de condimentos, sopas y ensaladas, e incluso como ingrediente clave en tratamientos de estética. Esta especie, al igual que otros árboles de Mesoamérica, se cultiva desde tiempos muy antiguos y su evolución fue tan drástica que han sido difíciles de determinar sus ancestros. Con respecto a su origen geográfico, según investigaciones etnobotánicas, se ubica en la zona de Chiapas Guatemala-Honduras. Cuando los primeros grupos humanos de recolectores-cazadores alcanzaron Mesoamérica alrededor de 18,000 a 10,000 a.C. en la parte central de México se dio un clima adecuado para el desarrollo de este árbol, dando comienzo el proceso de su domesticación. Abundantes fósiles encontrados en el valle de Tehuacán (Puebla) indican que hacia el 8000 a.C. se consumía de manera habitual. Los distintos grupos humanos empezaran a cuidar y seleccionar los árboles con mejores frutos, iniciándose, de manera no intencional y aún antes que otras plantas de ciclo corto la domesticación del aguacate. Debido a la antigua interacción del hombre con este árbol es probable que las diversas variedades de la especie sean el resultado de diferentes domesticaciones a las que ha estado sujeto por las culturas que habitaban su área de dispersión y a las diferentes condiciones ecológicas a las que estuvo expuesto.
Una vez domesticado fue llevado a las tierras bajas Mayas (Yucatán y Belice) al menos 3,400 a.C. No es difícil deducir que el aguacate tipo Antillano, que se caracteriza por su adaptación a condiciones tropicales y por su resistencia a la salinidad y clorosis, haya adquirido estas características al adaptarse al clima y suelos calcáreos, característicos de la Península de Yucatán. Domesticado en Yucatán y Belice fue llevado vía marítima a Colombia, donde fue descrito por Fernández de Enciso ([1519] 1546) y de ahí saltó a Ecuador, donde en 1735 fue descrito por Jorge Juan y Antonio Ulloa. Posteriormente las culturas del Pacífico en las costas lo regaron junto a otras plantas por las costas pacificas de América Central y el sur de México. El aguacate se compone de 3 razas u orígenes principales, la antillana, la mexicana y guatemalteca cada una con características botánicas que las hacen diferentes
Los antiguos aztecas lo llamaban ahuacatl (testículo), ya que se le consideraba como el fruto del amor, aunque otras culturas a lo largo de la historia lo han considerado también un símbolo de riqueza y abundancia. Los primeros españoles que llegaron a América lo bautizaron con el nombre de «pera de las Indias», por su semejanza externa a las peras de España. Tras la conquista llevaron, a comienzos del siglo XVII, el aguacate a España y posteriormente comenzó su difusión a nivel mundial. Los primeros ejemplares, procedentes de Venezuela, crecieron en el jardín botánico de la Orotava en la isla de Tenerife. En este siglo se distribuyó por el resto de la Europa y por el África mediterránea. Con posterioridad en el siglo XIX viajó a Oceanía. El primer registro europeo que encontramos aparece en el Diccionario de Agricultura y Economía del año 1842, dónde una voz hace referencia a que desde 1542 se cultivaban en la costa levantina de Valencia y Alicante.
A partir de 1870 aparece en California, en concreto en Santa Bárbara donde en 1920 ya era un negocio promisorio. Experimentos y diversas pruebas lograron desembocar en la variedad llamada Hass, denominada así por agricultor que la descubrió y logró patentarla. Diversas asociaciones campesinas impulsaron el desarrolló de considerables plantaciones. La variedad Hass representa hoy el 95% de los aguacates comercializados en el mundo, de acuerdo con Peter Shore, vicepresidente de Calavo, empresa fundada en California. Actualmente es una industria multimillonaria desde que inicio el boom de su demanda en los años 70 y 80 cuando las hectáreas de cultivo del “oro verde” se multiplicaron. Hoy es una fruta de moda, referente de alimento saludable ideas que forman parte del imaginario colectivo y hacen que la fiebre por el aguacate crezca. Su cultivo se da en más de 60 países y los principales productores son: México, Chile, República Dominicana, Indonesia, Perú, Colombia, Brasil y Estados Unidos de América. En conjunto estos países aportan más del 60 % de la producción mundial. Con una tercera parte de la producción del mundo, México destaca como el principal productor, consumidor y exportador a nivel mundial.
Diversos estudios han indicado que el consumo de aguacate reduce los niveles de colesterol total y de su fracción LDL-Colesterol (colesterol «malo»), así como los triglicéridos en sangre, acción posiblemente debida a su composición en ácidos grasos y a su riqueza en fibra. Algunos trabajos también indican que ciertos compuestos aislados del aguacate, denominados persenonas A y B, tienen propiedades antioxidantes y podrían inhibir la producción de radicales libres (implicados en el envejecimiento y la aparición de diversas enfermedades crónicas). Ahora bien, el aguacate se transformó no solo en un símbolo de riqueza, y salud, sino también de exceso de consumo de recursos hídricos al ser asociado la industria de alimentación de masas y a la insostenibilidad del capitalismo neoliberal.