En octubre de 1972, el avión Fairchild 227 que transportaba a los pasajeros sufrió un accidente en la Cordillera de los Andes, situándose entra las fronteras de Argentina y Chile. La catástrofe llevó a los supervivientes a enfrentarse a condiciones extremas, desde temperaturas bajo cero hasta la falta de alimentos, lo que eventualmente los fortaleció como grupo, tanto en la supervivencia como en el rescate final por parte del arriero Sergio Catalán. Esta tragedia que recientemente fue revivida en La sociedad de la nieve, de Juan Antonio Bayona (nominada al Oscar en “Mejor Película Internacional” y “Mejor Maquillaje y Peluquería”) se conmemora de manera única en el Museo Andes 1972 de Uruguay.
Ubicado en la calle Rincón 619, en Montevideo, el museo fue fundado en 2013 por Jörg P. A. Thomsen, con el objetivo de rendir homenaje a las 29 personas fallecidas y a los 16 sobrevivientes de esta impactante tragedia. El museo no solo busca contar la historia, sino también preservar los objetos y fotografías personales que narran los 72 días de lucha por la supervivencia en la cordillera.
Jörg P. A. Thomsen, impulsor del proyecto
Lo que siguió fue una historia increíble de supervivencia, protagonizada por un grupo de jóvenes jugadores de rugby, amigos y parientes, quienes se enfrentaron a temperaturas gélidas, falta de alimentos y la desesperación de ser dados por muertos. A casi 4.000 metros de altura, atrapados por la nevada cadena de los Andes, el grupo logró subsistir dentro de la parte delantera del fuselaje. La falta de alimentos los llevó a una decisión difícil: alimentarse con los cuerpos de los fallecidos. Después de 16 días, un alud los sepultó a todos, y otras ocho personas fallecieron por asfixia. Sin embargo, dos de ellos lograron cruzar a pie la cadena montañosa de los Andes y fueron rescatados después de 72 días de hambre, dolor y sufrimiento.
La estatua que homenajea a Sergio Catalán
El Museo Andes 1972, que celebra este año su décimo aniversario, se ha convertido en un testimonio tangible de esta tragedia. El fundador destaca que el museo tiene como objetivo ser representante de las 45 personas a bordo del vuelo y difundir los valores clave de solidaridad, trabajo en equipo, resiliencia, entre otros.
El museo, que abre sus puertas de lunes a sábado y ofrece visitas guiadas para grupos, permitiendo a los visitantes recorrer tres pisos llenos de objetos, fotografías, videos y vitrinas que cuentan la asombrosa historia.
El museo tiene varias plantas con información detallada y objetos únicos
Este espacio, además de rendir homenaje a los fallecidos y sobrevivientes, busca honrar la noble actitud del arriero Don Sergio Catalán, otro héroe de la historia que fue quien encontró a Fernando Parrado y Roberto Canessa y les dio la primera ayuda. En su década de existencia, el Museo Andes 1972 ha cumplido su misión de preservar la memoria y difundir lecciones de valentía y superación ante la adversidad.
El museo ofrece proyecciones audiovisuales que repasa imágenes de los noticieros de la época y entrevistas con los sobrevivientes y familiares. Además, pueden verse recortes de diarios y gráficos que detallan día a día cómo fue todo lo que fueron viviendo los protagonistas de esta historia. También hay vitrinas con objetos que fueron rescadados del lugar del accidente, muchos de ellos sirvieron para inspirar al equipo de Bayona para realizar su película que está nominada a dos premios Oscar.
Eduardo Strauch, uno de los sobrevivientes de la tragedia, visitando el museo
Otro de los distintivos del lugar es que se pueden encontrar y en muchos casos comprar ejemplares de la mayoría de los libros que se escribieron sobre el tema, algunos redactados por expertos, otros por los mismos sobrevivientes.
Siendo un testimonio vivo de la historia que marcó a toda una generación, el Museo Andes 1972 se erige como un lugar único, donde la tragedia se convierte en lección, memoria y homenaje a aquellos que lucharon por su supervivencia en las alturas de la Cordillera de los Andes.