Un momento histórico en el que remolinos de sentimientos encontrados zarandeaban la colectividad dominicana, es atrapado con rigor estético por el escritor Luis R. Santos en su novela Sinfonía de las cacerolas, última entrega de su prolífica producción literaria. El título sintetiza lo que fueron las noches dramáticas de indignación nacional, en las que junto a la pandemia del coronavirus, que obligaba al encierro, la sociedad debió protestar con cacerolazos contra los intentos de imponer un “Trujillo del siglo XXI”, por encima de un pueblo que enfrentó con los recursos cívicos, la voluntad del dictadorzuelo Dani Nadime, personaje central de la obra.
El lector de la novela se encuentra con nombres y apellidos supuestos pero identificables, como el propio Nadime y Doña Cindy, que pueblan la ecología política dominicana de los últimos años, bajo el predominio del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). En la pasarela desfilan la pareja de Leónidas Hernández y Flor Cedeño, junto a la que conforman los mercadólogos brasileiros Joao Santana y Mónica Moura. También las estampas de Juan Bosch, González Castillo, José R. Pedralta, Berto R. Barbablanca, Micky V. Malnacido, Elbautista Féliz, Bien Bidó Nadime, Quirino, Mike Pompeo, Tamocles Montés, Lucho Jiménez, Eulalio Cabral, Julio del Foso y Enmanuel Esquea Guerrero, entre otros.
Como si se tratara de un inventario o un ajuste de cuenta moral a una etapa política dominicana, Santos inicia la primera parte con “Sinfonía de las cacerolas en la peor”; la segunda, con “La era de Dani Nadime”; y la Tercera, 2020, el inesperado año de las desgracias y también de la esperanza”
“El día D” fue la fecha esperada por el pueblo para vengar viejos agravios que meses atrás parecían irredimibles. “El día 5 de julio llegó, como llegan todas las fechas del calendario”, relata. Nadime y su entorno “temían a la derrota más que a la misma muerte”. Y fue lo que se produjo en las elecciones, borrándole al personaje sus ínfulas de Dios. Se trata de un texto bastante oportuno.