Dominicaneando: Los tres nombres del después de siempre, es el más reciente ensayo publicado por el general José Miguel Soto Jiménez, escrito en la ciudad de Abu Dhabi, Emiratos Arabes Unidos. Se trata de reflexiones sobre la conducta dominicana desde la individualidad hasta la colectividad, con observaciones propias de la psicología social. La llamada “arritmia histórica”, señalada por Bosch, es referida por el autor con explicaciones sobre lo impredecible, complicada, sorprendente y compleja mentalidad criolla. Salvo el yerro de atribuir a Maritain la conocida expresión de Renán de que “la nación es un plebiscito cotidiano”, puede decirse para completar al libro solo le faltó la “puya”, esas que canta Cuco Valoy, mencionado en el trabajo, frases indirectas que lanza el dominicano cuando no quiere asumir la responsabilidad de sus revelaciones.
Las creencias religiosas y supersticiones dominicanas, con una reiterada convicción de que las cosas son “a según”, porque se puede hacer “de tripa corazón”, conduce a creer que lo más peligroso en este conglomerado social es crear fama de “pendejo”. Argumenta que en Santo Domingo, “que cojan a uno de pendejo” es el peor pecado concebido. “Que te cojan de pendejo es lo que no se puede permitir ni tolerar, es mucho peor que te tomen el pelo o que te hagan quedar como un tonto. Es lo mismo que te subestimen, que te saquen el jugo, y te boten del juego. Y una vez eres calificado como tal, como eso mismo, como un pendejo, no hay forma de recomponer tu imagen, y más difícil aún será tratar de cambiarte de bando o que te saquen de ese “jodido paquete”.
Soto Jiménez observa que el país empieza a salir de la “arritmia histórica”, puesto en evidencia con las protestas de este año en la Plaza de la Bandera, movimiento que tendría algo en común con la Primavera árabe que puso fin a muchos regímenes dictatoriales de la región donde se mantuvo como embajador hasta que fue cancelado por el nuevo Gobierno el 16 de agosto.