Hace unos días, mi hijo Frank Michael Núñez Rijo, al ver la mención en uno de mis libros, trató de encontrar más datos sobre el periodista Manuel María Pouerié Cordero en los buscadores virtuales. Como me ocurriera con una búsqueda sobre la colega Mery Sánchez Mulet, no logró dar con la biografía del apreciado patriarca del periodismo dominicano fallecido la madrugada del 25 de diciembre del 2017, al que permitió el Todopoderoso disfrutar por última vez de la cena navideña, como fue su costumbre, junto a familiares y amigos.
Gracias a esta columna localizamos lo publicado en El Caribe tras su deceso, comprobando que también fue reproducido por medios como Almomento.net y Noticiassin.com.
Higüeyano de nacimiento y yumero de sentimiento, nació el 6 de enero de 1922, hijo de los esposos Manuel Arsenio Pouerié Morel y la señora Rafaela Cordero Olea. Muy joven fue designado oficial de correos en la entonces aldea de San Rafael del Yuma, donde con su innata vocación de comunicador fundó el quincenario Avance y Acción en enero de 1945.
En esa comunidad contrajo matrimonio con la señora Bertha Aristy Núñez, con quien procreara sus hijos Dionisio Arturo, Bertha Rafaelina y Manuel Ramón, ingeniero, tecnóloga médica y publicista, respectivamente.
Reportero de toda una vida en el diario El Caribe, a cuya redacción ingresó el primero de marzo de 1949 hasta su pensión en la década de los 80, Don Manuel fue pionero del periodismo turístico, cuyas crónicas descriptivas de las bellezas naturales del país recogió en su libro Estampas de un periodista, publicado en 1964 con prólogo del destacado intelectual español Manuel Valdeperes, quien definiera la obra como “un libro con espíritu”.
Luego vinieron nuevas publicaciones como Reminiscencias Dominicanas, 1985, prologado por el general escritor José Rijo; El periodismo y yo, 1990, por el periodista Mario Álvarez Dugan (Cuchito), Otras Facetas de un periodista, 1997, por un servidor, y Síntesis de ciudades, pueblos e islas del país, por el laureado novelista Marcio Veloz Maggiolo, textos que le mantendrán vivo entre nosotros.