Desde antes de la fundación de la República los escritores dominicanos han estado vinculados a las luchas por el poder político y en esas lides brillaron dramaturgos, poetas, novelistas, ensayistas sin que faltara el panfletario coyuntural que hiciera trizas mordaces con el adversario. No debe olvidarse que José Núñez de Cáceres, el líder de la llamada Independencia Efímera de 1821, fue un destacado poeta y periodista, fundador del primer periódico dominicano. Esa tradición fue continuada por los trinitarios, con Juan Pablo Duarte a la cabeza, quienes utilizaron el teatro como instrumento de lucha política contra el gobierno haitiano, derrocado el 27 de febrero de 1844. De manera que las publicaciones de libros políticos siempre estuvieron presentes en todas las campañas hasta nuestros días, con una pobre presencia en este 2020, lo que podría atribuirse a la pandemia que azota al país y al mundo.
En años anteriores salieron libros de intelectuales de diversas corrientes como Rumbo al poder, Bruno Rosario Candelier; PLD: Crónica de una moral sin Memoria, de Juan Manuel García; El PLD y las fuerzas sociales, de Franklin Almeyda Rancier, junto a publicaciones de compendios de los discursos de los jefes de Estado del momento. Algunos recuerdan con nostalgia cuando el libro fue parte esencial del contraste de las ideas y las críticas, con maestros como Juan Bosch, Juan Isidro Jiménes-Grullón, Joaquín Balaguer, Hugo Tolentino Dipp y José Israel Cuello, Marcio y Tirso Mejía Ricart, entre muchos otros.