En una tertulia celebrada en el Palacio Nacional por el presidente Luis Abinader con un selecto grupo de escritores y periodistas, le planteamos al jefe de Estado nuestro deseo de que las ferias internacionales del libro que se celebran en el país vuelvan a rendir culto al nombre, debido a que las últimas que se realizaron antes de que la pandemia del coronavirus las sacara del ambiente, fueron más bien simples exhibiciones de casetas faraónicas, que luego eran destruidas en un franco desprecios a los recursos del pueblo dominicano.
Las ferias que se celebraron entre el 2016 y el 2020 fueron verdaderos fracasos, que en ocasiones se atribuían al clima y otras veces a los espacios que se escogían para el montaje. Lo que aquí decimos, lo publicamos en esta columna, con la tristeza de un periodista que disfrutó la etapa cuando esos eventos eran verdaderos puntos de encuentros entre escritores y lectores, para el disfrute de la riqueza espiritual.
Al expresarle al presidente nuestro deseo de que las ferias vuelvan a ser del Libro y no de casetas, en las que instituciones oficiales dilapidaban hasta 30 millones de pesos, el primer mandatario estuvo de acuerdo a que se le ponga freno a esa práctica.
Después de escuchar a sus contertulios en el Salón de las Cariátides, el presidente se comprometió a darle a la cultura, y a la literatura en particular, el tratamiento que se merece por parte del Estado. En la tertulia con el gobernante, se rindió culto a la memoria de su progenitor, don José Rafael Abinader, quien en medio de sus actividades políticas y económicas, sacaba tiempo para la poesía.
El primer mandatario invitó a nuevos encuentros para darle seguimiento a las iniciativas enunciadas, garantizando su respaldo a un proyecto de ediciones digitales, así como de propiciar que la Feria del Libro vuelva a ser auténtica y no una exposición de casetas colosales en las que se derrochaba olímpicamente el dinero del pueblo. ¡Adelante presidente, con los verdaderos escritores! Volveremos sobre el tema.