De la frontera a la capital, es la novela autobiográfica publicada por el escritor y contador Mauricio Moreta, quien como muchos hijos de la provincia Elías Piña, decidió hacer maletas y trasladarse a la capital en procura de crecimiento económico, social y espiritual. Contario a miles de sus coterráneos que debieron buscar mejoría en los cuarteles, tanto en la guardia como en la Policía, Mauro, el protagonista, logra abrirse paso en actividades de la vida civil, siempre valorando las enseñanzas del hogar donde nació y aprendió normas conductuales que le sirvieron de inspiración.
En las más de 400 páginas de la novela, Moreta refleja estéticamente el amor que siente por su natal Elías Piña, por lo que envuelve sus sueños, luchas y esperanzas con la historia de su pueblo. Desde el primer capítulo, dedicado a la provincia, hasta el último, que describe las andanzas del protagonista por el mundo, se disfrutan vivencias muy dominicanas, con esa forma tan particular y pintoresca que tiene nuestra gente de asumir la existencia.
Un valor que se destaca en la novela es la gratitud, a Dios, la madre, la esposa y los hermanos, pero también a la mano amiga que le prestó auxilio en el momento oportuno. La misma novela refiere que Mauro, en su ruta hacia el éxito, contó con la ayuda de muchas personas valiosas, que “inesperadamente aparecieron y de alguna manera incidieron en la construcción de su porvenir”.
La historia de Mauro es la misma de muchos dominicanos que la pobreza y el atraso de las zonas lejanas a las urbes obligaron a emigrar para salir a camino. Lo del sur fronterizo no es un fenómeno exclusivo. Lo mismo le ocurrió a gente del Este, el Nordeste, el Norte y la Línea Noroeste.
Resulta que ahora el país y el mundo han entrado en una nueva ruralidad que gracias al turismo, la agroindustria y la agropecuaria podrían permitir que la emigración se invierta de la ciudad al campo. Sería, verdaderamente, un cambio conveniente para todos.