Haití: Trauma de un proceso colonizador fracasado, es un libro revelador, autoría del profesor Santiago Sepúlveda Solano, hijo del municipio de Hatillo, San Cristóbal, que califica para ser recomendado a cualquier lector interesado en conocer el porqué de la existencia de dos pueblos culturalmente diferentes en la Isla de Santo Domingo.
Con una vasta documentación analizada con rigor hermenéutico, Sepúlveda Solano coincide con investigadores como Manuel Arturo Peña Batlle, Federico Henríquez Gratereaux y más recientemente Reina Rosario, en que el surgimiento de Haití como nación fue consecuencia de Las Devastaciones, ejecutadas por el gobernador Antonio de Osorio en 1606, ordenadas por el Rey de España Felipe III, en 1603.
La justificación de la tesis planteada en Haití: Trauma de un proceso colonizador fracasado es el interés en demostrar que los pueblos que pueblan la isla tienen historias paralelas, pero que el presente y el futuro de la nación dominicana están seriamente amenazados por el hecho cierto del agravamiento en grado superlativo de los problemas económicos, ambientales y sociales que afectan al país vecino, el más pobre del hemisferio.
En los precisos momentos que sale la obra del autor sancristobalense, se debate la canalización en Haití del Masacre, histórico río dominicano proyectado en su popular novela por el escritor Freddy Prestol Castillo. El libro describe las relaciones dominico-haitianas con España, Francia, Estados Unidos, Inglaterra, Holanda, Alemania y todas las potencias Europeas, sin ignorar el papel de los gobernantes haitianos en la independencia de los pueblos sudamericanos y en la Restauración de la República.
Santiago Sepúlveda establece que Haití es una conquista de los esclavos que en 1804 vencieron al ejército de Napoleón, mientras que República Dominicana es producto de luchas contra Francia, Haití y España, junto al rechazo “a los planes de anexión a los Estados Unidos”, potencia que invadió el país militarmente en 1916 y 1965. El editor y periodista Máximo Jiménez, plantea en la presentación, la necesidad de “un debate serio” internacional en la búsqueda de una cohabitación beneficiosa para ambas naciones.