La historia del arte, la literatura en particular, registra diversos géneros dedicados a expresar sentimientos de alegría, tristeza, satisfacción, orgullo, esperanza o desilusión. De ahí que en libros antiguos como La Biblia nos encontremos con el Cantar de los Cantares, textos matizados de alegría, lo mismo que Lamentaciones, donde el dolor se plasma con lenguaje poético. En la Antigüedad Clásica, el teatro ofrecía tragedias durante el día y comedias en la noche, como una forma de mostrar la cruda realidad de la vida en la primera para que luego las entregas cómicas permitieran conciliar el sueño.
Acontecimientos como el ocurrido la madrugada del martes en una discoteca de la capital, donde murieron más de un centenar de personas, muchas de las cuales realizaban servicios importantes a la sociedad sirven como temática para que los poetas verdaderos del país escriban lamentaciones y elegías, expresivos del dolor que hoy lacera a los dominicanos de buenos sentimientos, que no se han dejado dañar por el morbo que se promueve en medios y redes sociales.
En la discoteca Jet Set, contrario a la cotidianidad grecolatina, donde la parte trágica era seguida por la cómica, se pasó de la alegría de un concierto del talentoso artista merenguero Ruby Pérez a la desolación del colapso que acabó con la vida de muchos concurrentes, entre los que figuraron personas que se ganaron el cariño y el respeto de sus conciudadanos.
Una llamada desde Nueva York temprano en la mañana nos dio la demoledora información de que entre los fallecidos del trágico concierto se encontraba Nelsy Cruz, gobernadora de Montecristi, a quien conociéramos en tareas laborales en las que ella participaba como representante del Poder Ejecutivo en esa provincia. Después comenzaron a publicarse otros nombres en lo que pareció una cadena interminable de dolor.
Probablemente este 8 de abril se convierta en una de esas fechas que son recordadas de manera luctuosa entre los dominicanos. Pero con la diferencia de otras tragedias en que ahora las víctimas murieron donde buscaban sana diversión.