El Águila y los Ruiseñores, autoría del dominicano César Arturo Abréu Fernández y Un hombre malo, escrita por el norteamericano William Wendell Flewelling, son dos novelas con la temática de la ocupación militar norteamericana a la República Dominicana en 1916, con visiones diametralmente antagónicas. Mientras el primero exalta el heroísmo de quienes enfrentaron las tropas interventoras, el segundo los presenta como villanos. El lector que pueda acceder a sendos relatos, que tienen en común una redacción depurada, sacará sus propias conclusiones.
Entre los ruiseñores de Abréu Fernández, ex legislador de La Vega, se destaca la figura del valiente Quico Tiburcio, hasta llegar al emblemático Cayo Báez, en esa etapa sangrienta iniciada entre el 1902, que culmina en 1924, con el retiro de las tropas norteamericanas. Desfilan líderes como Juan Isidro Jimenes, Horacio Vásquez, Ramón Cáceres, Alejandro Woss y Gil y Carlos Morales Languasco, junto a intelectuales con el perfil de Federico García Godoy.
Wendell Flewlling, quien vino al país como parte del ejército estadounidense, construye el protagonista de Un hombre malo con la figura del guerrillero del Este, Ramón Natera, a quien describe como “jefe de los bandidos”, autor del secuestro del ciudadano español Reynaldo Canelón, rescatado por una persona cuyo nombre habría sido ignorado en la reseña del Listín Diario.
En la novela del dominicano se pondera el martirologio del criollo Eugenio, quien muere sonriente pese a ser torturado, ofrendando su vida “en aras de proteger a los demás involucrados en la lucha emprendida para rescatar la patria del fango de la deshonra y la abyección impuesta por el invasor”.
El novelista estadounidense, en tanto, describe la alegría “de los morenos nativos”, al ver retirarse las tropas, convertidos en un “un pueblo libre y democrático”. Argumenta sin embargo, que grandes “alabanzas deben dispensarse al Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, por su trabajo en organizar la muy desordenada casa de los dominicanos”.
Podría decirse que los dos autores son chauvinistas, con novelas que difieren diametralmente sobre un mismo tema.