Muchas son las historias de jóvenes dominicanos que se van a los Estados Unidos, muy especialmente a Nueva York, donde caen en las garras de las drogas, de las que si logran escapar con vida, terminan en una cárcel o convertidos en despojos humanos. El hoy teólogo Diego Rojas forma parte de la minoría que puede contar su peripecia en un libro que titula “De gris a blanco”, en el que hace una radiografía de la sociedad posmoderna, marcada por el vacío existencial, que conduce al consumo de estupefacientes y a estilos vida propios de los que el psiquiatra español Enrique Rojas describe como “un mundo sin valores”.
Nacido en Tenares en 1964, Rojas arriba a la gran nación del Norte junto a su familia a la edad de 19 años, pero dos años después abandona el hogar para iniciarse en actividades del narco, en las que según cuenta vivió en ambientes de disipación y derroche hasta parar en la cárcel, donde pasa cinco años que cambiaron su vida.
Tras recordar los años juveniles en Estados Unidos cuando fue reclutado por una organización de narcotraficantes, concluye en que el narcotráfico #es la fuente principal de todas las calamidades, dentro de él nace la inclinación a todas las cosas del mundo y donde se hacen reales todos los deseos carnales; es la fuente de la iniquidad del mundo pues induce a toda perversidad que se pueda nombrar”.
El autor sitúa entre los años 1989 y 2011 los que vivió andando “en contra de mi Creador”, siéndole fiel al que califica como el Rey de este mundo, Satanás. El 13 de julio del último año fue arrestado y enviado a una cárcel de Nueva York.
Rojas cuenta que en la cárcel conoció a Jesús, el Salvador, para empezar la vida sana en la que, afirma, se encuentra hoy, alejado de los ruidos del mundo vacío. Liberado de la prisión, ha retornado a su natal República Dominicana, aferrado al gozo espiritual y a la fe evangélica.