Como un ejercicio literario distante del tráfago electoral, tema en el que debió agitados momentos en condición de árbitro, el doctor Julio César Castaño Guzmán sorprende al exclusivo público lector con un texto cargado de humor, cultura popular, folclor y una calidad literaria, que supera la de los más laureados escritores de nuestra época. La lectura de Filosofía del Hombre Burro constituye una exquisita aventura, digna de ser experimentada en un tiempo que, para muchos, el gracejo encantador del dominicano se había extinguido con el coronavirus y el afán consumista.
Castaño Guzmán destaca la presencia del cuadrúpedo que sirvió de montura al salvador de la Humanidad, Jesús de Nazaret, lo mismo que al pintoresco escudero del Quijote. El burro es tomado en el imaginario colectivo dominicano como sinónimo de resistente, bruto y mañoso, pero también de masculinidad privilegiada, hasta el punto de que uno de nuestros grandes poetas, Arturo Pellerano Castro, le cantó a su amada con admiración, y quizás con envidia: “yo quisiera mi vida ser un burro”. El Premio Nobel chileno Pablo Neruda, recitaba de memoria ese poema, según el sociólogo dominicano José del Castillo.
Desde la portada, el exhaustivo prólogo del fenecido Premio Nacional de Literatura Manuel Mora Serrano a la segunda edición, la Introducción, la Canción Suave a los Burros de mi Pueblo, del poeta banilejo Héctor Herrera Cabral, hasta la contraportada, todo transcurre como un viaje por el mundo de los hombres burros, con una gracia que habría sorprendido al Nobel español Juan Ramón Jiménez, quien hiciera de su pequeño asno, Platero, el personaje literario que cautivó a los representantes de la Academia Sueca.
El mismo autor de “La Hostos 40 y otros relatos”, lanzó la primera edición de Filosofía del Hombre Burro en el 2002. En la presente, agradece la colaboración del Archivo Histórico de Santiago, el Museo de la Fortaleza San Luis, la Respetable Logia Nuevo Mundo de Santiago y el Museo Ramón Cáceres, Estancia Nueva, Moca. El libro se disfruta como un banquete de alegría.