Hace unas semanas, el Archivo General de la Nación puso en circulación la obra Los hombres rana, 1965, del abogado, politólogo e investigador Rafael Víctor Andújar Martínez, con la que hace un aporte revelador para el conocimiento objetivo de un cuerpo militar de élite en la historia castrense dominicana, que de unidad especializada en la defensa personal del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina pasara a convertirse en leyenda patriótica, durante la segunda intervención militar de los Estados Unidos a la República Dominicana en el siglo XX.
Con la muerte del comandante Aníbal López esta semana, despedimos a uno de los líderes de los jóvenes constitucionalistas.
La Revolución, seguida de la intervención norteamericana, ha sido manejado con criterios políticos tanto por autores de la denominada izquierda dominicana como por la intelectualidad más conservadora.
Andújar Martínez, en cambio, decidió acogerse al rigor científico para describir, con criterios fenomenológicos, origen, trayectoria y decadencia de los hombres valientes que fueron los “rana”, templados como el acero para misiones difíciles.
La lectura de Los hombres rana, 1965, arroja luces sobre enigmas históricos de aquella época violenta, porque forjados en la etapa final de la dictadura, cuando ya “el jefe” no era el preferido de los yanquis, no enfrentaron al imperio para defender al gobernante en desgracia, como se estimó originalmente, sino como resistencia ante la soberanía nacional pisoteada por una potencia extranjera.
El libro de Andújar descubre una pequeña “guerra mundial” en Santo Domingo, con soldados europeos, como el italiano Ilio Capozzi y el francés André Riviere, combatiendo a las tropas interventoras junto a los patriotas dominicanos, bajo el liderazgo del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó y el capitán de navío Manuel Ramón Montes Arache, jefe de los hombres rana.
El prologuista Juan B. Castillo Pujols advierte que “el imaginario colectivo dominicano ha convertido en mito, en leyenda, a los hombres rana de la guerra de abril del 65”, y que “Andújar no escapa al mito”. La muerte del último de los rana da más vigencia al libro de Andújar, léanlo ya.