La antropología y la historia se han empecinado en tratar de buscar un elemento que represente la identidad de Latinoamérica y dentro de Latinoamérica, El Caribe. Se ha tratado de consensuar que esa identidad reside en la caña de azúcar, en el activismo que ella implica y que hoy queda como como un resabio en honor a los 12 millones de esclavos traídos forzosamente a realizar el corte y tiro de esta para satisfacer el hambre europea de acumular riquezas y poder bajo el fruto del sistema esclavista.
En Hostos, esa identidad es el Antillanismo, definido como un conjunto de ideas entrelazadas, cuyo hilo conductor es la idea reguladora de las Antillas como un reconocimiento de la importancia que tienen las islas caribeñas en el equilibrio del continente. La idea básica del ´pensamiento de Hostos se sienta en la concepción pedagógica de que se inspira en el positivismo, la idea del cambio, la noción de progreso, así como la transformación material de los individuos. El contexto que dominaba el país a la llegada del educador puertorriqueño estaba caracterizado por la guerra, el caudillismo y la ausencia de una visión racional del mundo y la naturaleza. La educación constituye en el pensamiento hostosiano, la levadura para la transformación de la sociedad y el ser humano. También Ulises Francisco Espaillat, Manuel de Jesús Peña y Reynoso y Pedro Francisco Bonó conciben la educación como la herramienta para generar el pensamiento social, humanista y científico que contribuya a generar transformación y cambio social en República Dominicana.
Hostos es el gran reformador de la Escuela Dominicana, quien concibe un modelo de enseñanza, una filosofía educativa, una concepción científica de percibir el mundo. La educación promovida por él es de naturaleza laica, racional y humanista.
América Latina estaba influida por la filosofía donde se destaca el desarrollo de la razón, la idea de cambio y progreso y transformación de la naturaleza. En la República Dominicana crea las escuelas normales donde se formaron los docentes que se integraron a la transformación del Sistema Educativo Nacional. El aporte más notable del Puertorriqueño de las Américas y el mundo se sienta en la educación científica de la mujer, la veía como un sujeto social con la capacidad para integrarse al cambio social, superando el rol doméstico que asignó la sociedad industrial a las mujeres. En la sociedad industrial se profundiza la división de oficios relacionados con el rol de género: niñera, maestra, enfermera, serán para mujeres; médico, ingeniero, gobernante, escritor eran roles para hombres. En esa visión, la mujer estaba supeditada a la visión patriarcal de la sociedad aún vigente. En materia de trabajo, crea las escuelas nocturnas para dar oportunidades de formación a quienes dedicaban todo el día a jornadas laborales.
El modelo pedagógico hostosiano es de carácter humanista, se inspira en promover la dignidad humana, una visión integral del individuo, el reconocimiento de unos valores inherentes a la persona. En el plano epistemológico procura desarrollar habilidades para interpretar y conocer la sociedad y el fenómeno educativo en sí mismo. El método experimental da sentido a la interpretación educativa de Hostos: observación, formulación de hipótesis, comprobación y experimentación, así como la elaboración de conclusiones y articulaciones de una tesis. La educación dominicana se ha desplazado entre el pensamiento de Hostos y otros inventos por descalificar ese enfoque cientificista del acto educativo. La escuela dominicana sigue atada al memorismo, el conductismo, el enfoque vertical y bancario de la educación, donde el profesor es la fuente primaria del conocimiento. El alumno tiene un rol pasivo y de recepción de informaciones. El modelo hostosiano critica, cuestiona de forma racional la sociedad y la naturaleza. Su visión laica procura la formación de un ser humano capaz de interpretar la naturaleza y transformarla al margen de las creencias en determinadas religiones o sectas conocidas.
La visión política de Hostos se cimenta en el Antillanismo, filosofía política que buscó la independencia de la región del Caribe y la creación de una confederación de estados antillanos. Su lucha por la independencia, la educación cívica del individuo y su peregrinaje por varios países de la región en fecunda labor educativa le valió el título de “Ciudadano de América”. Su propuesta socioeducativa procura la transformación social de República Dominicana, concepción que sirvió para que Juan Bosch denominara a Hostos como El Sembrador, en honor a su labor filantrópica a favor de los más carenciados. El entorno social que el pedagogo boricua encuentra en República Dominicana lo lleva a compararlo con la barbarie. Ante esta realidad recurre a la Educación como única alternativa para superar el caudillismo, guerras internas, sin causa y el complejo heroico del hombre dominicano.
La ideología del progreso se alimenta y propaga con la propuesta hostosiana de la educación laica y racional. Después de 140 años de reforma educativa hostosiana la educación dominicana sigue estancada, sin construir una propuesta con alguna base que articule a la realidad cambiante. En la actualidad tenemos un modelo híbrido inspirado en el enfoque por competencias que responde a los requerimientos del mercado neoliberal y que abandona la concepción humanista de la educación. La educación hostosiana era laica, racional, humanista, cívica y promotora del cambio social en El Caribe y Latinoamérica.
“Connected Worlds: The Caribbean, Origin of Modern World”. This project has received funding from the European Union´s Horizon 2020 research and innovation programme under the Marie Sklodowska Curie grant agreement Nº 823846. Dirigido por Consuelo Naranjo Orovio desde el Instituto de Historia-CSIC.