No es un filme para todo público. Puede parecer monótono, pretencioso y con escenas desagradables para mucha gente. Lo que compensa es lo intrigante y de amplia metáfora que el filme hace como ejercicio complicado y sutil para quien suele leer o conocer historias y compararlas con su vida cuando de pérdidas, heridas, debilidades y renuncias se trata. Es ahí donde cobra trascendencia la composición de la historia en tres líneas temporales que terminan por cruzarse, y donde se emplea la narrativa literaria y la narrativa del cine en un juego brillante entre la vida de una mujer, su pasado y un libro que lee y que responde a la historia de su exmarido; una mujer que intenta ser diferente de su madre, pero descubre su semejanza con ella y que responde a un modelo de conducta en que la gente antepone el interés incluso en asuntos de sentimientos. Eso da pie a que reviren sus traumas. El formidable montaje, la dirección y una edición incólume nos presenta toda la historia en esas tres tramas entrecruzadas con la realidad actual, en la que se focaliza en las actitudes y sentimientos despertados en la lectura, y su conjugación de la memoria de los relacionamientos y el planteamiento visual de la obra que lee. El juego escénico es perfectamente alternado con el montaje de las escenas en los tiempos rítmicamente precisos en lo visual y en la composición estética, con lo que logra evoluciones y ligaciones en las escenas y secuencias, y que es lo que mantiene el hilo conductor en el contenido simbólico que persigue. Es un tipo de cine sumamente arriesgado, pues sabemos que es una película, presenta la visualización de un texto literario que es como si fuera un filme dentro de otro y que pese a la fuerza dramática y el terror del final, no nos hace más mella que atraparnos en un suspense, para luego ‘creernos’ que el filme con aquella mujer que abre y cierra la historia es la ‘trama real’. El logro se debe a la creación de atmósferas de un plano cotidiano que cambia el registro con otro extremadamente trágico. Un contrapunto de dos atmósferas o climas dramáticos. Para el personaje femenino protagónico, tal contrapunto termina por revelarse para ella, darle una visión de sí misma, una comprensión de su vida y de su contexto. En Netflix con ese título. l

HHHH Género: documental. Duración: 10 horas.

Posted in Crítica Cine

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