En su estructura narrativa, el filme cuenta una historia desde el punto de vista del personaje protagónico en los años 80, que a su vez es una remembranza de la vida del autor Paulo Sorrentino, un guionista y director italiano de gran aceptación por quienes gustamos de ese cine con su impronta para retratar el mundo a su alrededor, pero haciéndolo sin prejuzgar y por tanto sin intencionalidad. No es nada muy particular y alejado de las reglas para contar historias con inicio, medio y final. NO. Es una adorable transposición que suele hacer la cultura cinematográfica italiana al reproducir la narrativa de grandes escritores, como en el caso de Antón Chejov, cuyas obras no tienen un planteamiento ni un nudo ni un desenlace; tampoco preparan un final; la acción fluye como la vida sin procurar soluciones dramáticas ni ganchos emocionantes. El personaje central va descubriendo la vida y llega un punto en que el filme acaba sabiendo que su vida seguirá con los mismos altibajos dramáticos. La vida con su familia es un recuento de detalles que caracterizan la relación de sus padres y su interacción con ellos y su hermano, tíos y tías, vecinos… Para traer subtramas con pequeñas historias paralelas, Sorrentino se vale del gamberrismo, y así logra combinar comedia negra, pinceladas de slapstick y muy buen uso del estrambote en una escena clave que le cambia la vida al protagonista. Pero antes de ese momento, somos partícipes de la vida agradable y vivaz de la clase trabajadora italiana, cuyos mayores niveles económicos están en el sector servicio y que es muy politizada con sus penas y sus glorias en la resistencia cultural, en el desarrollo y en la lucha por los derechos laborales en el contexto del capitalismo. Y el personaje hace cuestión de que se le vea como un comunista. Sorrentino no lleva intencionalidad alguna para hablarnos al respecto del padre comunista del protagonista; no obstante, es notable cierta inclinación por Antonio Gramsci, el filósofo, político y periodista italiano, cuando de una manera sinónima retrotrae a la frase “el hombre es sobre todo espíritu, o sea, creación histórica y no-naturaleza”, y esto se nota más obvio en el encuentro del protagonista con un director de cine, en la última parte del filme, porque habla de transformación de la realidad y de no dejar de evolucionar. En Netflix, como The Hand of God.
HHHHH Género: comedia negra autobiográfica. Duración: 31 minutos