Rodado en 39 días a lo largo de 12 años, destaca el paso del tiempo en el físico, en la sociabilidad y en el moldeamiento de personas en la sociedad estadounidense. Un magnífico fresco cinematográfico (‘fresco’ en artes plásticas). Es “la historia de mi vida” para cualquiera de nosotros, aunque no seamos parte de esa sociedad, pero sí recibimos sus influencias culturales al punto de opacar las de la pantomima de sociedad de mercado como la dominicana… Una empresa obviamente arriesgada: pudo morirse el autor y esto nunca haber existido, por ejemplo. Ahora vamos al punto de la crítica. Un recurrente plano de uno de los personajes mirando al cielo es lo que marca las elipsis temporales y la simbiosis de él y su entorno familiar y social, donde adquiere destaque trascendental la imagen de la madre, el personaje más substancial del filme, al menos para mí es el más significativo, pues configura, dinamiza y trasciende al ámbito de la sociedad norteamericana En ese sentido, el filme logra registrar la vivencia de una madre como si fueran todas las madres del planeta. En su trama logra abordar acontecimientos de orden político, pero de acontecimientos que le afectan y que aunque los discuta o los rechace con palabras, no los rebate con hechos. Otro aspecto que toca y puede ser generador de debates es la forma en cómo la juventud usa los avances tecnológicos. En la narrativa empleada, recurre a una cámara sin movimientos enfáticos, más bien se hace parte de la historia, sin interferir. Para un crítico del patio, podría decir que se trata de una “puesta en escena estática”. Volviendo al tema, me rememora al cine de Todd Solondz en su peculiar estilo escénico y diálogos avispados donde no se presentan acontecimientos extraordinarios, más bien vidas ordinarias y personajes ordinarios como cualquiera, y ese es el punto por lo que logra empatía, aunque el cine en sí es otra cosa, es decir que el cine tiende a presentar hechos y acontecimientos extraordinarios que no pasan en nuestras vidas, pero sí en la vida de otros reales o ficcionaless y/o dramatizados. El cine que buscamos y que trasciende en nuestras vidas es el que retrata eventos y hechos que nos sorprenden, nos emocionan y que, aunque parezca un cliché, nos cambian la vida. En Netflix con ese título.
HHHH Género: drama familiar. Duración: 166 minutos.