Iván Tovar no sólo se dedicó a las artes visuales, también escribía. Su poesía es un pozo de misterios, incógnitas, significados y significantes. Dejaré pues algunas líneas de la escritura automática de nuestro gran surrealista, aunque su poesía es más dadá, a saber:
“(…) No tengo rencor. Puedo ir más lejos que mis pasos y soy capaz de encontrar mis huellas sin pudor. Corrí, pero permanecí en el mismo lugar. Conocí momentos de bestialidad. No tengo vergüenza. Mirando el hoyo de la sombra, lloré. Lágrimas de cocodrilo. Doblé el horizonte a fin de encontrar los ojos moribundos del paroxismo.
Encontré sin avanzar. No me importa. (…) por momentos me resbalo para tomar una manzana. Fui, pero me marché. El lugar no estaba bien cuidado. Transeúntes observan afiches disparatados. Partí sin remordimientos. La luna muerde una nube verdosa que huye, dando alaridos como un perro que ha recibido una patada en el c…
Cuando llegué a mis trece años. La oreja del viento me dio un martillazo. Juanita, ¡Ay Juanita!, muslos que tiemblan como peces que agonizan. Bella como un ave que desprendemos del cielo ¡Ella lo sabía todo! Mi sueño era ser piloto militar pero siempre sufrí de vértigo. Debe ser la causa de mi odio por los militares.
Ellos nunca sufren de vértigo. Un cielo bello como la escultura jamás realizada me rasca la pupila izquierda y, en la derecha, un grano de sal me hace llorar. Continúo corriendo en la misma rígida posición. El mar lava mis pupilas llenas de horizonte. No soy marino.
Mi isla flota porque hay demasiada m… después me lavé un poco. Ahora miro un hueco en la palma de mi mano. Continué creciendo como un cocotero aunque mis c… están colgados abajo. ¡Cielos! La vida es bella cuando uno no piensa en su sombra.
La luna me arrancó el ojo izquierdo. Partí. Caminé. Encontré un estanque para mirar al cielo. Un barco que abandona el puerto, es hermoso. La miseria mental de los otros, no me importa. No escapé. Desde entonces no voy a ningún sitio (…)”. (Fragmento poema autobiográfico, Navidad, 1973. Traducción del francés al castellano de Myrna Guerrero Villalona).