Tovar|Surrealismo Vivo XXXII

La relación de Iván Tovar con George Nader fue muy libre, no hubo un contrato de exclusividad, pero sí un gran respeto hacia los compromisos asumidos entre partes. De modo que el artista logró exponer y vender en otros espacios, al tiempo que conservó la relación e intercambio de obras con la Galería de Arte Nader.

En 1995, Tovar ensaya con el óleo sobre papel y reúne un grueso de obras que expone en “La Galería”, propiedad de los siempre recordados y admirados amigos Mariloli y Jorge Severino.

En esa ocasión, al referirse al artista, Mariloli Severino expresó: “Es de los dominicanos con mayor proyección internacional. De hecho, él figura en todos los libros importantes sobre el surrealismo a nivel internacional. Es considerado uno de los grandes surrealistas del siglo XX. Para nosotros es un honor tenerlo aquí esta noche en la celebración de nuestro décimo aniversario. Este último trabajo de Tovar es una técnica nueva que él experimenta. Es óleo sobre papel marouflage. Consiste en 25 trabajos en pequeño formato, todos realizados en la misma técnica de la que se siente muy orgulloso. (Entrevistada por Leonel Lirio para el programa “De todo un poco” con Mundito y Milagros. Disponible en YouTube).

Uno de los grandes amigos de Tovar fue el coleccionista de origen cubano Pepe López quien al ser entrevistado sentenció: “El Caribe debe sentirse orgulloso de haber dado los dos surrealistas más grandes entre los 10 del mundo: uno en escultura y, otro, en pintura. En escultura se llama: Agustín Cárdenas y, en pintura, Iván Tovar”. (Ibídem).

Correspondió a don Marcio Veloz Maggiolo escribir para el catálogo de la exposición, quien subrayó: “En esta ocasión el óleo es sumamente tratado y se asienta sobre el papel. (…) Tovar logra expresiones (…) matizadas por fondos tiernos, azulados y brumosos, que permiten apreciar la valoración de las formas junto a la simetría de pequeñas obras maestras dotadas de una agilidad y un misterioso alfabeto en el que los colores son descendencia de otros (…), en el que la movilidad de lo irreal es tan real que sugiere actitudes atadas en espacios que contribuyen a la belleza de lo insólito”. Continuará.