La educación para mí tiene un mérito superior. Usted puede provenir de un espacio paupérrimo, pero si es educado, de buenos principios y valores morales, todas las puertas se abrirán ante su rostro.
Los lectores pensarán por qué traigo este tema a colación, pues por la sencilla razón de que muchos caemos en la ignorancia de que para hacernos sentir debemos ser groseros y maleducados, pero no nos percatamos de que solo estamos dando muestras de nuestras carencias como humanos.
Hace unos días, en Facebook se reprodujo una nota en relación a una entrevista que le hicieran a Gary Nader, entre todo lo que expresó el afamado galerista dominicano con residencia en Miami, se optó por resaltar el estribillo “Lo que pasa hoy en la pintura es que los artistas no saben pintar”.
En efecto, es una afirmación muy seria y, yo en particular, no hubiese optado por resaltar esta parte entre tanta cosa interesante que aportó Gary Nader, sin embargo, esto fue lo que se subrayó, y por aquí el volcán hizo su erupción.
La suerte de comentarios que se suscitaron negativamente me dejaron asombrada, pues en mi mente no termina de encajar que un artista para mostrar su discrepancia con la afirmación de otra persona, tenga que servirse de insultos y el empleo de términos degradantes. Es como si el talento de esas personas no fuera de la mano con su educación.
Estoy convencida de que muchos no leyeron la nota de forma íntegra, por lo que sus comentarios estuvieron motivados solo por lo que acompañaba al encabezado. De ser así, mi tristeza es mayor, porque confirmo que cada vez más estamos en una mengua de los afectos y de que se vive más de lo superfluo y mediático. La verdad que necesitamos mayor formación en nuestro entorno, más lectura y, sobre todo, más respeto hacia los demás para una sana y armoniosa convivencia.