Por medio del arte todo cambia, fluye y se transforma, y en las obras de Ramón Calcaño, esta dinámica se manifiesta con fuerza. El artista se aventura en el surrealismo, para consolidar su técnica. Al mismo tiempo, demuestra una mayor destreza y concreción a través del expresionismo, donde parece encontrar su estilo distintivo.
La sensibilidad de Calcaño es abrumadora, refleja un compromiso social profundo y un arraigado sentido de pertenencia. Menciono nuevamente “Mecanismo perverso para causar sufrimiento” (2023), una obra que va más allá de la expresión artística al solidarizarse con las víctimas de la invasión rusa en Ucrania. A través de esta pieza, el artista se pronuncia en favor de los derechos humanos, se posiciona ante los problemas políticos, sociales, económicos y culturales que afectan al mundo. De modo que estamos ante un creador en constante evolución y gran determinación, no solo desde el punto de vista formal, sino también conceptual y real.
Es importante destacar que la curaduría de la exposición la realizó María Fals junto a Marcos González, quienes también presentaron textos críticos de la obra junto a Gustavo A. Ricart, responsable del diseño gráfico y de la fotografía de las pinturas. La museografía la desarrolló la arquitecta Fior D. Mateo. El evento en conjunto es una producción de la Fundación Philartis RD.
Desde nuestra perspectiva, podríamos suscribirnos al principio norteamericano de que “menos es más”. En presencia de obras con tantos detalles y nivel expresivo, la liberación de espacio hubiese contribuido para armonizar el conjunto.
No obstante, es necesario reconocer el esfuerzo y talento desplegados en la muestra, que trasciende la obra plástica para influir en la conceptualización y presentación visual. Los especialistas ofrecieron análisis críticos perspicaces, guiando al espectador a través del laberinto de la mente del artista.
En conclusión, “Entre dos mundos” no solo exhibe la evolución técnica y estilística de Calcaño, sino que también destaca su compromiso con la realidad global.