La vida está llena de sorpresas, pero al mismo tiempo, hay aspectos prediseñados que permean la existencia. El ser humano debe estar alerta para captar las señales que nos llegan a cada instante. Y es que cada millonésima de tiempo se convierte en una oportunidad para reafirmar la existencia.
El arte es una herramienta clave para recrear el “momentum” y, a la vez para dar forma a un mundo otro en el inmanente que alcanza vitalidad por medio de los recursos estéticos y artísticos.
Nuestras emociones alcanzan concreción por medio del arte y, a través de él develamos nuestros más nobles y puros sentimientos, tanto como creadores o como receptores. Se conoce al ser por su obrar, esto define buena parte de su personalidad, de su sensibilidad para con el mundo y del respeto y valor que deposita en la vida.
Todos estamos llamados a un fin, la actitud ha de conducirnos por el mejor de los senderos con fe y constancia. No es posible alcanzar lo que anhelamos sin esfuerzo y sacrificio.
El artista tiene un enfoque particular sobre su entorno, procura la más de las veces establecer varios planos de la realidad. En ocasiones objetiva lo que percibe o lo presenta de la forma más cercana a su experiencia y cosmovisión.
Las personas incultas y ordinarias, no son capaces de apreciar la esencia de lo bello y lo sublime, ese tipo de seres pierden el espíritu porque pueblan su interior de vacíos existenciales y van generando insatisfacción y rechazo hacia el universo.
Todo lo bueno se mantiene oculto, porque las tinieblas impiden un acercamiento con lo realmente importante.
Nunca como ahora había sido tan necesario salir de la caverna. El ser necesita luz y esa posibilidad la ofrece el arte. Desde la gestación debemos insistir en alimentar positivamente al individuo.
Sin sensibilidad se hace imposible captar los detalles maravillosos a nuestro alrededor, esos que inspiran y pueblan la vida de emociones fantásticas. Óbrenos, amemos, disfrutemos de las creaciones del intelecto y, sobre todas las cosas procuremos que Jesús renazca en nuestros corazones.