La genialidad del maestro Gausachs en el uso del color, así como su eficiente dibujo, marcaron la línea discursiva de sus alumnos, quienes aprendieron del maestro el valor de lo vernáculo.

Digamos que aportó una nueva visión de la confirmación de la identidad dominicana por medio del arte. Desde luego, ya la maestra Celeste Woss y Gil venía asumiendo la representación de la tez mulata en sus composiciones, Gausachs lo integra en su discurso y lo legitima.

Esto será muy importante, porque en el proceso de configuración del dominicano se ha querido dejar de lado el componente africano, asumiendo como antecedente inmediato lo aborigen en combinación con lo europeo. Sin embargo, será la herencia africana en la cultura dominicana lo que más interese al maestro catalán, ya que en este ingrediente se condensa un manantial de memorias ancestrales.

En base a lo antes expuesto, la estética visual que aporta Gausachs es la forma de asumir y aceptar lo que somos como resultado de un proceso sincrético diverso.

De manera consciente o no, en la República Dominicana varios artistas estaban a la par con muchos movimientos europeos, otros permanecían atados al clasicismo. Sin embargo, lo cierto es que sí había una avanzada que estaba a tono con el acontecer artístico internacional. Como ejemplo, tenemos las obras de Celeste Woss y Gil, Yoryi Morel, Jaime Colson, entre otros.

La importancia de la presencia de Gausachs y el desarrollo del expresionismo en las artes visuales dominicanas, radica en que el maestro supo dejar fluir su visión interior del entorno y la riqueza que integra el carácter sincrético en la composición de la cultura dominicana.

Gausachs fue maestro de los primeros egresados de la Escuela Nacional de Bellas Artes. De hecho, además de influir en la obra de varios artistas, se supo nutrir de las prácticas de muchos de ellos, algunos de los cuales con los que logró formar el grupo “Los Cuatro”, donde compartía a la par con Jaime Colson, Gilberto Hernández Ortega y su modelo predilecta y alumna aventajada, la artista Clara Ledesma. Junto con estos creadores, Gausachs inaugura el “neoexpresionismo caribeño”.

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