En Paul Giudicelli, encontramos una abstracción geométrica que aboga por lo vernáculo. El artista se sirve de las referencias aportadas por las pictografías aborígenes para desarrollar planos etnográficos en sus piezas. Experimentó incluso con la producción de varios pigmentos que hacen de sus composiciones magníficos ejemplares en homenaje a la madre tierra.
Y es que, la no representación de lo habitual, más allá de expresar una idea, trasciende por acoger realidades que no se hubiesen podido situar en otro contexto. El contenido de esta fórmula estética no radica en el método, sino en la sustancia dimensional y hasta existencial que puede manifestarse.
De modo que cuando Kandinsky empezó a ensayar con la abstracción, el título de iniciador en esta búsqueda le sirvió, sobre todo, por aportar una metodología. La clave la encontramos en el proceso de liberar la realidad de representación, otorgando mayor protagonismo a los elementos que integran la composición y a la estética.
En la década de 1960, la abstracción fue asumida por varios exponentes como parte de un ejercicio experimental y no tanto como un cuerpo estructural que definió sus trayectorias, pero sí definió etapas de grandes artistas en el contexto dominicano. Tal es el caso del maestro Ramón Oviedo que hizo de la abstracción su medio por excelencia, sobre todo en el marco de la Revolución de Abril de 1965, siendo junto con Silvano Lora, José Cestero, Asdrúbal Domínguez y Dionisio Rodríguez, de los artistas más destacados del denominado Frente Cultural Constitucionalista, acompañados por los maestros Gilberto Hernández Ortega y Ada Balcácer.
Se reconoce igualmente la creciente asimilación de la abstracción en artistas como José Rincón Mora, Leopoldo Pérez (Lepe), Soucy de Pellerano, Geo Ripley, José Ramón Rotellini, Thimo Pimentel, Félix Gontier (Cocó) y Orlando Menicucci. Es de rigor hacer una parada en Amable Sterling quien es parte de la generación de 1960, sin embargo, viene a explorar de manera consistente en la abstracción a mediados de la década de 1980, fundamentalmente en sus investigaciones para la serie “Textura Impromptu”.