República Dominicana es un espacio diverso, multicultural y multiétnico en el que persiste un espíritu creativo y fabulado. No obstante, en este ambiente coexiste la incertidumbre, la desidia, la discordia y la falta de memoria colectiva.
La sociología nos ofrece un perfil claro del contexto dominicano y los motivos que influyen en que el escenario resulte complejo. Más claramente, la composición del dominicano contemporaneo ha ido dejando grietas que, en el trayecto, generan angustias pues el proceso de identidad se ve lacerado.
Hay que insistir en que vamos dejando de lado el proceso simbiótico que integra la cultura criolla, pero además, las circunstancias en las que se han desarrollado los hechos históricos.
Parecería increíble, pero cierto, que a pesar de que el colonialismo inició desde La Española y de contar con buena parte de las estructuras que permiten la conformación de una ciudad siguiendo el modelo europeo como ha sido Santo Domingo Primado de America, nuestro patrimonio cultural no se ha reivindicado propiamente al siglo XXI.
La restauración de los espacios ha sido lenta y muchas veces decadente, sin contar con que el Estado no ha asumido una postura visionaria respecto a la adquisición y conservación de espacios que bien pudieran albergar museos o centros de bienes culturales.
Las estructuras públicas en el casco antiguo de Santo Domingo, salvo excepciones, merecen una intervención inmediata a fin de salvaguardar no solo la edificación, sino también las piezas que allí permanecen. Es el caso de la Casa del Tostado o Museo de la Familia dominicana por sólo citar un ejemplo.
Y qué decir del arte público, si la mayoría de las esculturas aparecen sin tarja que las identifique, siendo mínima la representación del arte tridimensional en Santo Domingo, práctica extendida en el territorio nacional.
Felicitamos la iniciativa del Ejecutivo de apoyar el arte mural, lo que necesitamos es que los artistas seleccionados puedan presentar propuestas de valor estético e identitario. El Estado debe invertir más en el arte, en la cultura en general, estamos a tiempo de rescatar y reivindicar posturas.