Mi vínculo directo con el escenario artístico dominicano inició en los tiempos en que el maestro Alberto Bass estaba como presidente del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos (CODAP).
En ese momento, no sólo a juicio mío, sino de muchos, la institución estaba en su punto álgido, logrando unificar criterios y encaminar numerosas propuestas, entre ellas la defensa de un local propio.
Con la salida de Bass, el CODAP entró en una escala de grises que ha sido imposible matizar, pues la luz de cada día pronuncia más la decadencia y desidia en la que se ha sumido esta entidad.
Claro que hay quienes han intentado hacer su mejor esfuerzo para que el CODAP pueda salir adelante, sin embargo, en un medio en el que no se logra el consenso, es difícil poder avanzar. Y ha sido esta fragmentación entre la matrícula lo que ha generado mayores conflictos y que lastimosamente ha llevado a la institución a perder la naturaleza que le dio origen.
Mi amigo Emilio siempre me recuerda que “cuando más oscuro está el día, es porque va a amanecer”, espero que así sea respecto al CODAP ahora que se ha convocado a elecciones, donde amigos y admirados artistas presentan sus propuestas para la presidencia del órgano como es el caso de Mirciades Marino Andújar, Rosalba Hernández, Edward Tellerías y Luis José Aguasvivas.
Hemos venido siguiendo con especial interés el proceso y, hasta ahora, la propuesta más coherente y viable es la que exhibe Rosalba Hernández con veintitrés puntos en favor del afianzamiento y puesta en vigencia del arte en la República Dominicana, procurando la preservación de la institucionalidad en los procesos.
Va siendo hora de darle paso a una figura femenina, a una fajadora del arte y la cultura que se ha esforzado por defender los derechos de los artistas, abogando siempre por la aprobación de medidas que garantice la estabilidad y desarrollo del sector cultural, así es Rosalba Hernández, quien merece ser considerada para representar a los artistas dominicanos y desarrollar su plan de trabajo.