Iris fusiona existencia y naturaleza para ser portavoz de un único lenguaje, de una voz interior que clama desde lo más profundo por la unidad. De modo que muchos de los símbolos cosmogónicos del pasado aborigen van a coexistir en su experiencia creativa.
El proceso de búsqueda y exploraciones revelados en su producción, se convierte en referencia que filtra visualmente por medio de líneas, colores, formas, volúmenes, áreas, texturas, contrastes, espacialidad, puntos de fuga,… para llegar a la expresión viva, a un mensaje universal que nos legaron los aborígenes que comprende vivir en amor con la naturaleza. Esto así porque combina materia y esencia. Hay estética, hay forma, lo que hace es bello y es sublime. El conjunto genera reflexión, cuestionamientos y un interés muy marcado por el ser y por lo vernáculo.
La hibridación es clave en su trabajo, pues hay una obra muy sincrética, además de que es un medio permanente para la observación. Situar a Iris Pérez Romero en el contexto de las artes deviene un ejercicio harto complejo si no se conoce su oficio en detalle, pues su arte comprende diversos medios, y pasa de uno a otro con total naturalidad, porque su curiosidad es insaciable, así como su apego por el proceso creativo.
La mujer en la obra de la artista se convierte en un arquetipo por medio del cual no se trata lo superficial o banal, sino al ser, sin paralelismos. Esta nueva valoración supone comprender lo femenino desde lo femenino, para penetrar en una atmósfera que aborda el racismo y la discriminación porque las mujeres de Iris no muestran su piel, sencillamente las delimita por medio de una línea negra sobre fondo blanco, y deja al imaginario las posturas radicales de excluir, segregar o diferenciar un sujeto de otro solo por su condición racial, social o étnica.
El ser es y punto. Naces, creces, te desarrollas, multiplicas y mueres. Se analiza la vida y se lucha por ella, pero no se repara en el estado natural de la muerte. Los seres de Iris no mueren porque están perpetuados en su arte, más bien se transforman por medio de la visión sensible de cada espectador, en función de su formación o experiencias.