Considerando lo enunciado en el artículo 26 contenido en la Convención Americana de Derechos Humanos, se aprecia el interés por parte de los organismos internacionales por el desarrollo y garantía de los derechos humanos, en ello, el derecho a la cultura. Y, así como la Convención Americana de Derechos Humanos, en coordinación con la Constitución y el cuerpo legislativo vigente en cada Estado, en unión a otros instrumentos internacionales procuran la protección de los derechos humanos; asimismo, existe un cuerpo normativo en el Derecho Internacional Humanitario, a fin de proteger un mínimo de derechos en tiempos de conflictos armados. En ello, hay un apartado reservado para la salvaguarda del patrimonio cultural. Así lo dispone La Convención de La Haya para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado (1954) y sus Protocolos Adicionales.
A partir de lo consignado por la Convención de La Haya, no sólo se define el patrimonio cultural, sino que se establecen los mecanismos para su protección. Los Estado parte del instrumento, deben enumerar sus bienes patrimoniales e identificarlos con un símbolo protector que consiste en una banderola de fondo blanco con dos rombos azules superpuestos, a fin de que, en tiempos de conflictos armados, se pueda tener una referencia de los lugares que deben ser preservados para la memoria histórica. El propio documento establece que quienes no cumplan con las disposiciones contenidas con el fin de preservar el patrimonio cultural, sean castigadas con sanciones por infringir la norma. (Artículo 28).
De modo que el derecho a la cultura, en tanto derecho de segunda generación, a pesar de que cuenta con un amplio cuerpo normativo en la República Dominicana, es una realidad práctica que merece ser analizada a la luz de lo que propone la Constitución dominicana de 2010, pasando de la teoría a la práctica. Se precisa una mayor motivación e inversión por parte del Estado, ya que, sin recursos económicos, es difícil crear la estructura para una educación de calidad y la puesta en vigencia de programas efectivos para el desarrollo y promoción de la cultura. Continuará.