El Museo Fernando Peña Defilló, ubicado en la Zona Colonial de Santo Domingo, además de presentar al público la muestra “Defilló: pintura, danza y fotografía”, como bien comentara en la pasada entrega; conserva en sus espacios expositivos un conjunto de piezas bajo el título “Antología 02”.
Se trata de dos muestras conjuntas en las que se recogen varios trabajos del artista, con el objetivo de que el espectador pueda crear juicios estéticos en relación al universo dinámico y espacial que nos reserva Defilló en sus pinturas.
Más apegado a lo figurativo que a lo abstracto, nuestro maestro del arte nacional hizo un poco de todo. La naturaleza, era su fuente primaria de energía e inspiración, traspolando al cuadro la realidad de su entorno, al tiempo de combinarla con la furtiva fascinación de su espíritu reflexivo.
“Antología 02”, es una muestra anacrónica que ha sido comisariada por Doña Marianne de Tolentino, quien se ha dado a la tarea de reunir varias piezas que van desde los primeros años del artista en la Escuela Nacional de Bellas Artes, la evolución de sus trabajos dado su consecuente interés por el estudio sistemático, habiendo podido insertarse en la academia Europea, desde Madrid, España; hasta llegar al punto más elevado de su carrera, donde adquiere un nivel de maestría tal en el que sus temas van a transmutar las energías cósmicas de su interior.
Me llama poderosamente la atención, la obra “Vista de la Zona Colonial”, espacio admirado e idealizado por Defilló, el cual deja inmortalizada en una imagen que devela la superposición de estilos que impera en este espacio capitalino, afianzado primero por la presencia del arte colonial apenas perceptible en la composición, dando protagonismo a una estructura vertical con tendencia al eclecticismo. Me he querido referir a esta obra, pues en ella como en ninguna otra, el dibujo es mucho más depurado, las formas son más definidas, los volúmenes, la espacialidad, el sentido del claroscuro, el punto de fuga y un largo etcétera. En esta pieza, se muestra al Defilló joven, con la cabeza llena de sueños, esos que le guiaron siempre para legarnos un patrimonio cultural imperecedero.