A principio de año reflexionaba sobre la Bienal Nacional de Artes Visuales, la cual no pudo llevarse a cabo el año pasado, sino que según las fuentes oficiales se realizaría este 2019. No obstante, ya se escuchan los rumores de que el evento no podrá efetuarse este año, situación lamentable, toda vez que se trata del evento más importante en el campo de las artes visuales en la República Dominicana y, con esta inconsistencia en cuanto a si se realizará o no, va perdiendo credibilidad.
Resulta un hecho que muchos artistas han dejado de creer en el evento desde hace buen tiempo, pues aparte de la irregularidad que se ha manifestado en cuanto a la fecha para su materialización, se han presentado otras cuestiones como el proceso de convocatoria y selección de las obras participantes y qué decir de los premios repartidos, muy cuestionados en los últimos años. La verdad es que cuando se tiene la oportunidad de leer respecto a la Bienal de La Habana, evento de más reciente data que la Bienal de Santo Domingo, uno tiende a resentirse, teniendo en cuenta que en la República Dominicana carecemos de institucionalidad y eso se percibe incluso en actos de esta naturaleza, que se realizan en función del ánimo de las autoridades del momento, pues no cuenta con un equipo de trabajo permanente, sino mediático.
Qué será lo que hay que hacer para que se entienda la importancia de este tipo de actividades, de su trascendencia y el compromiso que reviste para los artistas cuando se establece una verdadera sinergia entre las partes involucradas. Necesitamos atención del sector cultural, mejores estructuras y mayor institucionalidad.
La bienal debe preservarse y, para ello, bien pudiera tomarse como ejemplo la dirección de Feria del libro, considerando incluso el hecho de que, a pesar de ser un evento nacional, se podría presentar una muestra sobre un artista destacado de otro país que bien pudiera ser invitado de honor. Hace falta más voluntad política, unidad de los artistas, pero, sobre todo, más confianza en nuestro arte.