El hallazgo en Ardales indica que esas manifestaciones artísticas aparecieron al menos 20.000 años antes de la llegada de los hombres modernos al continente europeo y revela que las poblaciones neandertales eran sociedades perfectamente organizadas
Son probablemente las pinturas rupestres conocidas más antiguas del mundo y ahora un equipo internacional de investigadores ha corroborado que los neandertales, que durante mucho tiempo han sido percibidos como poco sofisticados y brutales, realmente pintaron estalagmitas en una cueva española hace más de 60.000 años, según un estudio publicado este lunes.
El asunto había sacudido a la comunidad de paleoarqueología desde la publicación de un artículo en 2018 que atribuía el pigmento ocre rojizo encontrado en la cúpula estalagmítica de la Cueva de Ardales, en el sur de España, a nuestra extinta especie de “primos”.
La investigación sugirió que el arte tenía al menos 64.800 años, y fue hecho en un momento en que los humanos modernos no habitaban el continente.
Los investigadores han comprobado que los neandertales habrían accedido en varias ocasiones a esa cueva para marcar simbólicamente y de una forma intencionada y reiterada una estalagmita localizada en medio de una gran sala.
Pero el hallazgo fue controvertido y “un artículo científico dijo que quizás estos pigmentos eran algo natural”, como resultado del flujo de óxido de hierro, dijo a la AFP Francesco d’Errico, coautor de un nuevo artículo difundido en la revista PNAS.
Un nuevo análisis reveló que la composición y la colocación de los pigmentos no eran consistentes con los procesos naturales; en cambio, los pigmentos se aplicaron mediante salpicaduras y soplado.
Además, su textura no coincidía con las muestras naturales tomadas de las cuevas, lo que sugiere que los pigmentos provienen de una fuente externa.
Los principales centros de investigación que han intervenido en el trabajo han destacado hoy que uno de los retos principales de la arqueología es determinar en qué momento aparecieron los símbolos y qué implicaciones tuvo su uso en el comportamientos humano.
Una datación más detallada mostró que los pigmentos se aplicaron en diferentes momentos, separados por más de diez mil años.
Esto “apoya la hipótesis de que los neandertales vinieron en varias ocasiones, durante varios miles de años, para marcar la cueva con pigmentos”, explicó d’Errico, de la Universidad de Burdeos.
En una nota difundida por la Universidad de Barcelona, los investigadores han apuntado que la acción de marcar repetidamente con pigmento rojo formaciones tan imponentes como la cúpula de Ardales sugiere que sus autores querían resaltar y perpetuar la importancia de ese emplazamiento a través de narraciones transmitidas entre generaciones.
Es difícil comparar el “arte” neandertal con las pinturas murales realizadas por humanos modernos prehistóricos, como las que se encuentran en la cueva Chauvet-Pont d’Arc de Francia, de más de 30.000 años de antigüedad.
Pero el nuevo hallazgo se suma a la creciente evidencia de que los neandertales, cuyo linaje se extinguió hace unos 40.000 años, no eran los groseros parientes del Homo sapiens como durante mucho tiempo se describió.
La investigación supone la constatación de que las poblaciones neandertales eran sociedades perfectamente organizadas, en sus aspectos sociales, económicos y simbólicos, según ha explicado el catedrático José Ramos en una nota difundida por la Universidad de Cádiz.