Introducción
Vamos a colocar la misma introducción de la primera entrega:
Cuando repaso los tiempos presentes y la historia de los pueblos, de manera científica, me impacta siempre el constatar cómo los daros humanos, de ayer y de hoy, coinciden con los datos bíblicos de siempre. También tratándose de la realidad del tema ricos y riquezas, tema de ayer y de hoy.
Siempre he querido volver sobre esa realidad. En lugar de hacer reflexiones propias, voy a tomar los datos, versículos bíblicos.
Considero que ellos son el mejor reflejo de esta realidad y pueden ser una valiosa fuente de predicación y meditación personal sobre el tema. Ciertamente que debo darlo en varias entregas para poder dar citas en extenso, que se puedan leer directamente, sin que haya que ir necesariamente a la Biblia misma.
Es bueno recordar que las riquezas no son malas en sí. Lo malo está en otra cosa. Tengo un libro de bolsillo titulado “Producir para compartir”. Baste decir que si no se tiene, no se comparte. Aprendamos qué es lo bueno y lo malo de las riquezas.
He aquí otras 7 citas, textos o datos, en esta tercera y última entrega.
69- “¡Ay de aquellos que se sienten seguros en Sión y de los confiados en la montaña de Samaria, los notables de la capital de las naciones, a los que acude la casa de Israel! Pasen a Kalné y vean, vayan de allí a Jamat la grande, bajen luego a Gat de Filistea. ¿Son acaso mejores que estos reinos? ¿Su término es mayor que el término de ustedes? ¡Ustedes, que creen alejar el día funesto, y hacen que se acerque un reino de violencia! Acostados en camas de marfil, comen corderos del rebaño, y becerros sacados del establo, canturrean al son del arpa; se inventan como Davis, instrumentos de música, beben el vino en copas; con aceite exquisito se ungen, mas no se afligen por el desastre de José. Por eso, ahora van a ir al cautiverio a la cabeza de los deportados y cesará la orgía de los comodones” (Amós 6, 1-7).
70- “Ahora bien, ustedes, ricos, lloren y den alaridos por las desgracias que están por caer sobre ustedes. Su riqueza está podrida y sus vestidos están apolillados; su oro y su plata están tomados de herrumbre y su herrumbre será testimonio contra ustedes y devorará su carne como fuego. Han acumulado riquezas en estos días, que son los últimos. Miren: el salario que no han pagado a los obreros que segaron sus campos está gritando; y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos. Ustedes han vivido sobre la tierra regaladamente y se han entregado a los placeres; han hartado sus corazones en el día de la matanza. Condenaron y mataron al justo: él no los resiste a ustedes.” (Santiago 5, 1-6).
71- “Habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa». Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. Al verlo, todos murmuraban diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador» Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: “Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré cuatro veces más” Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido». (Lucas 19, 1-10).
72- “Ésta es la suerte que al malvado Dios reserva, la herencia que reciben de Sadday los violentos. Aunque sean muchos sus hijos, son para la espada, y sus vástagos no tendrán pan para saciarse. Los que queden serán sepultados por la Peste, y sus viudas no los llorarán. Si acumula la plata como polvo, si amontona vestidos como fango, ¡que amontone!: un justo se vestirá con ellos, un inocente heredará la plata. Se edificó su casa como un nido, como garita que construye un guarda. Rico se acuesta, mas por última vez; cuando abre los ojos, ya no es nada. En pleno día lo asaltan los terrores, de noche un torbellino lo arrebata. El solano se lo lleva, y desaparece, lo arranca del lugar de su mansión. Sin compasión por blanco se lo toma, trata de huir de la mano que lo hiere. Bátense palmas a su ruina, doquiera se encuentre se le silba” (Job 27, 13-23).
73- “Guárdate de olvidar a Yahvé tu Dios, descuidando los mandamientos, las normas y los preceptos que yo te prescribo hoy; no sea que cuando comas y quedes harto, cuando construyas hermosas casas y vivas en ellas, cuando se multipliquen tus vacadas y tus ovejas, cuando tengas plata y oro en abundancia y se acrecienten todos tus bienes, tu corazón se engría entonces, y olvides a Yahvé tu Dios que te sacó del país de Egipto, de la casa de servidumbre; el que te ha conducido a través de este desierto grande y terrible, entre serpientes abrasadoras y escorpiones; el que en un lugar de sed, sin agua, hizo brotar para ti agua de la roca más dura; el que en el desierto te alimentó con el maná, que no habían conocido tus padres, para humillarte y ponerte a prueba y hacerte feliz en tu porvenir. No digas en tu corazón: “Mi propia fuerza y el poder de mi mano me han procurado esta prosperidad”, sino acuérdate de Yahvé tu Dios, que es el que te da la fuerza para que te procures la prosperidad, a fin de cumplir la alianza que bajo juramento prometió a tus padres, como en este día sucede.” (Deuteronomio 8, 11-18).
74- “Un consejo les doy sobre el particular; que es lo que les conviene a ustedes, ya que desde el año pasado han sido los primeros, no sólo en hacer la colecta, sino también en tomar la iniciativa. Ahora llévenla también a cabo, de forma que a su prontitud en la iniciativa corresponda la realización conforme a sus posibilidades. Pues si hay prontitud de voluntad es bien acogida con lo que se tenga, y no importa si nada se tiene. No que pasen apuros para que otros tengan abundancia, sino con igualdad. Al presente, la abundancia de ustedes remedia la necesidad de ellos, para que la abundancia de ellos, pueda remediar la necesidad de ustedes y reine la igualdad” (2 Corintios 8, 14).
75- “Feliz el rico que fue hallado intachable, que tras el oro no se fue. ¿Quién es?, y lo felicitaremos, pues obró maravillas en su pueblo. ¿Quién sufrió esta prueba y fue hallado perfecto? será para él motivo de gloria. ¿Quién puede prevaricar y no prevaricó, hacer mal y no lo hizo? Sus bienes se con-solidarán, y la asamblea hablará de sus bondades” (Eclesiástico 31, 8-11).
Conclusión
CERTIFICO que todas las citas son textuales, tomadas de la Biblia.
DOY FE en Santiago de los Caballeros a los seis (6) días del mes de julio del año del Señor dos mil veintitrés (2023).