Introducción

En tiempos de Trujillo no había elecciones como las de hoy y no había Conferencia Episcopal Dominicana. Desde 1962 hasta hoy, 2024, los Obispos dominicanos han acompañado cada elección, al menos con un Documento. Suman ya unos 30 Documentos con casi 60 temas básicos.

He aquí solo el tema relativo a las postelecciones en este 2024 y en años anteriores. Están recogidos en el libro “Elecciones”, de la Conferencia del Episcopado Dominicano, recopilados por un servidor.

Felicitación de los Obispos dominicanos por las recientes elecciones 2024

1- El pasado domingo 19, los ciudadanos dominicanos concurrieron a las urnas, para ejercer su derecho al voto, seguros de que su voz se escucharía a través de este acto cívico y deber moral, que es el sufragio. Mostraron el más alto nivel de comportamiento, con la firme convicción de que, con su participación, se fortalecen nuestras instituciones democráticas y dejan un legado a las futuras generaciones.

2- Hoy, la República Dominicana, puede presentarse al mundo entero como una democracia madura, que sabe lo que quiere y por dónde encaminar sus pasos para el desarrollo y estabilidad sostenibles.

3- Es de justicia felicitar a los actores que participaron en el certamen electoral: políticos de los diferentes partidos, a los candidatos en todas las categorías, a la Junta Central Electoral (JCE) como órgano rector, que organizó magistralmente todo el proceso, a los medios de comunicación social, que estuvieron siempre apegados a las normas y pautas de la JCE, y a la ciudadanía en general. ¡Nuestras felicitaciones!

4- Ahora es momento de redoblar esfuerzos por el bien de la nación, tiempo de acompañar a las nuevas autoridades en su dedicación por el bienestar de nuestro pueblo. Que el Señor siga derramando sabiduría, inteligencia, fortaleza y salud.

5- ¡Que la Virgen María bajo la advocación de la Altagracia, nos lleve de la mano hacia Jesús!.

Consejo Permanente CED

Postelecciones, Documentos de 1994, 2004, 2007, 2019

1- Después de las elecciones

«El pluripartidismo nacional y nuestra legislación electoral hacen que el vencedor de la justa pueda ser, haya sido y sea la mayor de las minorías, pero al fin de cuentas, minoría. Ninguno, pues, tiene derecho a hablar de su minoría en nombre de toda la nación.

Dado nuestro modo de ser, y habiendo recorrido esta vez a medios electrónicos, sofisticados para nosotros, es explicable que se haya producido fallas y deficiencias que deben ser examinadas con objetividad.

Donde haya seres humanos habrá siempre posibilidad de errores. Respecto a esto, nuestro caso, queremos decir cuatro cosas:

  1. Los reclamos y las acusaciones hay que fundamentarlos y probarlos.
  2. Hay que cursarlos por los canales institucionales.
  3. El tribunal competente está obligado a examinarlos, y a
  4. Dar razón en justicia al que la tenga.

    La Junta Central Electoral debe, rápidamente, examinar los reclamos que se le presenten y hacer público sin demora el dictamen. En el ejercicio de su función, la Junta Central Electoral no debe ser obstaculizada ni indebidamente presionada. Siendo la Junta Central Electoral la que determina el resultado de las votaciones, dependiendo para ello de las juntas municipales, la ciudadanía tiene el derecho de ser informada de los resultados de todo el proceso». (1994)
  5. Saber ganar y perder

    «En toda contienda, sobre todo hay que estar dispuesto a ganar y a perder, y tan digno de respeto y admiración es quien sabe perder como el que sabe ganar.

    El que pierde en sus aspiraciones para una nación, en una democracia, no es despojado de un derecho adquirido; simplemente, por esta vez, otro ha sido elegido por la ciudadanía. Frecuentemente, por complejas y diversas razones.

    No es el candidato sino la mayoría de electores la que tiene el derecho a definir quién será el que rija los destinos de la nación». (2004)

    3- Próxima justa electoral

    «Superadas ya ciertas tensiones y desavenencias internas de los principales partidos políticos, les beneficiaría a ellos y a la población que concentrasen ahora sus energías en delinear su visión de la realidad nacional y su proyecto de gobierno, realista y serio, una proyección de futuro, para los próximos cuatro años, a partir de la próxima justa electoral.

    Y respecto a esa justa electoral, las dificultades económicas del país y la situación del mundo reclaman que sea corta y austera, sin muy grandes dispendios económicos. Tanto que somos un país pequeño donde todos nos conocemos». (2007)

    4- Exhortaciones finales

    «Estamos convencidos de que, sin un comportamiento responsable y coherente con la vivencia de los valores, será muy difícil dar continuidad al proyecto de Nación que soñaron los Padres de la Patria. Entendemos que no basta la sola denuncia de lo malo para llegar a cambiar las cosas. Es necesario ser propositivos y proactivos, aportando cada cual su granito de arena, es decir, realizando de forma correcta la tarea que le corresponde en la sociedad. Para garantizar la paz social es indispensable el respeto a las instituciones públicas y privadas, ya que la institucionalidad del Estado es el corazón de la vida para salvaguardar las garantías de una democracia transparente, justa, equitativa, en igualdad de condiciones entre los ciudadanos.

    El país es de todos y todos somos responsables de su buena o mala marcha. Aprovechamos la ocasión para pedir a todos los estamentos de la sociedad: líderes políticos, funcionarios públicos, empresas privadas, organizaciones no gubernamentales, profesionales organizados e iglesias, que asumamos la tarea de vivir y educar de acuerdo a la ética y con los valores de la honestidad, equidad, verdad, trabajo, responsabilidad, respeto, solidaridad, fraternidad, justicia, hospitalidad y amor a la familia. Porque no podemos abandonar nuestro país bajo la perversa hegemonía de antivalores, encarnados en hombres y mujeres sin principios éticos ni morales. Nuestro país merece un mejor porvenir y su destino está en nuestras manos.

    Apelamos a la sensatez y cordura y al compromiso de toda la ciudadanía, de manera muy especial de los servidores públicos, la clase política y todos los hombres y mujeres de buena voluntad, que se interesan por la buena marcha del país, para que juntos construyamos una República Dominicana diferente que respeto el supremo valor de la vida, que sea equitativa, donde se combata la miseria con políticas de inclusión de los más pobres en los proyectos de desarrollo; una sociedad honesta, cordial, unida, solidaria, viviendo a plenitud los valores que sostuvieron la libertad conquistada aquel 27 de febrero de 1844». (2019).

    Conclusión

    CERTIFICO que los textos citados aquí son todos de los Obispos dominicanos, traídos en mi libro “Elecciones”, cuya quinta edición se publicó en 2019.

    DOY FE en Santiago de los Caballeros a los veintidós (22) días del mes de mayo del año del Señor dos mil veinticuatro (2024).

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