El XIII Festival Semana Internacional de la Poesía tiene lugar desde el 17 hasta el 23 de octubre, organizado por la Fundación Espacios Culturales.

El festival es presidido por el destacado poeta José Mármol y su director es el también poeta Mateo Morrison, a quien está dedicado este año la Feria Internacional del Libro.

El comité organizador lo componen Mateo Morrison, presidente de la Fundación Espacios Culturales, Inc; José Mármol, presidente del festival; Denisse Español, directora ejecutiva; José Enrique Delmonte, Soledad Álvarez, Ángela Hernández, Jochy Herrera, Plinio Chahín, Basilio Belliard, Ibeth Guzmán y Bileisy Reyes.

En esta ocasión poetas de 12 países comparten con poetas y amantes de la poesía dominicanos, sus voces, estilos, tradiciones, temas, culturas y espíritus poéticos de muy diversas naturalezas y tonos.

Este año nos acompañan el poeta chino Liu Jiangtao y la poeta de esa misma nacionalidad Yang Xiuli. Con ellos el conocido poeta argentino Jorge Bocanera, la ecuatoriana Aleyda Quevedo, el español Antonio Méndez Rubio, el franco chileno Carles Diez y la colombo-estadunidense Consuelo Hernández.

Desde Ecuador vino Edwin Madrid. Mientras el hispanonorteamericano Fernando Valverde, la puertorriqueña Iris Alejandra Maldonado, el panameño Javier Alvarado, el dominicano radicado en Estados Unidos José Acosta y el peruano Paul Guillén, completan la lista.

Aquí una mínima muestra de apenas tres de los poetas invitados, que dejan constancia de que la poesía vive.

Liu Jiangtao, un poeta joven chino

Liu Jiangtao, seudónimo de Mu Ye, nacido en 1974, es poeta y crítico. Actualmente es editor de la revista Cultura de Shanghai e investigador distinguido del Museo Nacional de Literatura China Moderna.
Es autor de la colección de poemas y prosas “Lo que no se puede alabar”; de la colección de crítica literaria “Llamas bajo el agua”, y de una colección de entrevistas temáticas titulada “Cuchillas precursoras”, entre otros libros.

Sus poemas han sido incluidos varias veces en antologías y listas anuales de poesía china. Su poemario “Cruzar el mar sobre una espina” se publicará en el segundo semestre de 2024.

Revisar un poema del siglo pasado (fragmento)

…Te sientas por fin a revisar un poema del siglo pasado. ¿Mejorará con la revisión? ¿Puede la primavera revisar una flor de melocotón? ¿Puede una persona revisarse a sí misma? ¿Puede este siglo revisar el pasado? Es tan rápido que sin un abrazo apropiado para mamá, sin una charla sobre libertad y amor cuando hábil,]
un cuarto del siglo nuevo ha pasado. Es como cometer un pecado,
y luego te perdonas como si nada hubiera ocurrido.

No es nada de perdón, solo nieve cubriendo nieve. La vergüenza
se ha convertido en colágeno en la cara. El coche pasaba por Calle Oeste de Nanjing
cuando recibiste un WeChat: «Irá ella a EE. UU. ¿Nos reunimos?»
EE. UU. no está lejos, ella tampoco estuvo.
Son vagas y agudas algunas cosas, como este poema.

Hay lágrimas que no puedes revisar. Hay rostros irreconocibles que no puedes revisar. Hay sueños y locuras que no puedes revisar. Sentado frente a tu antiguo yo,
callados. Eras un adolescente en el siglo pasado,
corriendo con luciérnagas, borracho con un trapo rojo hasta el amanecer,
enfadado fácilmente, sin saber que un sol saliere
mecánica y despistadamente. Hay una bala que creará una era de prosperidad, hay

una ambigüedad que no se puede revisar, hay un «nuevo» que no se puede revisar.
El precio de cordyceps sube, el de los cementerios sube, el de las casas sube y baja.
Con lotos inquebrantables, las hormonas alaban la noche, luego
te miran de reojo. ¡Qué poesía sobrante!
La sobra es la verdad, que no puedes revisar.

No puedes revisarlo. Te sientas fijamente después de todo.

Vuelves al borrador. El mundo sale de una cadena de números y refranes.
Una rama de albaricoque rojo, dos manos vacías,
un vientre lleno de quejas, una boca ocupada por aroma…
Cuantos más revisas la parte central del poema más desanimado, como si
fuera un premio con el fracaso como algoritmo.

Unos juncos temblorosos están contribuyendo a un crepúsculo.

El siglo pasado abundaban en catástrofes, la humanidad se volvía vértigo y locura por
sueños extremos,]
carencia por satisfacción. Este siglo crea catástrofes nuevas,
edificios se despegan y chocan con un avión; bocas y cerebros
se despegan y chocan con un hisopo; la humanidad despega
y choca con fuerza invisible. La inteligencia artificial

está revisando un haz de luz que se acelera a veces y se ralentiza.

En este momento, no hay prisa por hacer algo. Cuando un poema se transforma
en otro, los incambiables nos cambian.
El viento sopla oblicuamente, una gota de lluvia revisa el mar,
una palabra revisa el diccionario, un pez arranca
tiras de carne tierna para devolver al tiempo un esqueleto perfecto.

Unos estereotipos y clichés están renovando el mundo…

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