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Los Ángeles (EE.UU.), 7 ago (EFE).- Entre el reencuentro de un joven y su padre ausente, con el que comparte una pasión desmesurada por las carreras de motos, ‘One Fast Move’ se estrena este jueves en la pequeña pantalla para derribar los muros de una historia condenada a repetir los errores del pasado.

El actor neozelandés K. J. Apa (‘Riverdale’), encarna en esta nuevo proyecto de Prime Video al joven Wes Neal, un apasionado por la velocidad que busca a un padre, Dean Miller, quien nunca ha estado a su lado, para alcanzar su sueño: convertirse en un piloto profesional de motos.

Durante su travesía para lograr la que también fue la mayor aspiración de su padre (Eric Dane) cuando era joven, Wes consigue un trabajo en la tienda de motocicletas y conoce a Camila (Maia Reficco), una camarera de un local cercano de la que se enamora.

A medida que comienza a entrenar con su padre, se crean nuevas heridas entre las viejas cicatrices que llevarán al protagonista a decidir por sí mismo lo quiere para su futuro y qué vale la pena perder para lograr su objetivo.

“Todos podemos reconocer lo que significa querer perseguir un sueño imposible y tener miedo de tener que perseguirlo”, indicó en una entrevista con EFE el director de la cinta, Kelly Blatz.

Oda a las motos

Más allá de la acción, la adrenalina y las reflexiones acerca de las relaciones familiares y de cómo el amor ayuda a sanar las heridas del pasado, el germen del proyecto nació como un modo de rendir un homenaje a las motos, ávida pasión de Blatz.

“Quería crear una carta de amor a las motocicletas. Me di cuenta de que no había películas de carreras de motocicletas con fundamento, por alguna razón nadie lo había intentado y pensé: bueno, mi misión es probarlo”, confesó el director estadounidense.

Blatz se convirtió así en un mentor para Apa, quien para rodar esta cinta tuvo que aprender a conducir motocicletas y a controlar las escenas de velocidad.

“Lo invité a mi casa y le enseñé conceptos básicos. Me subí a una moto y le dije que me siguiera y él simplemente tuvo que resolverlo, como una prueba de fuego”, dijo el director de la película.

El perdón por bandera

A partir de esa idea se sumaron otros elementos que marcaron la vida personal del director, como las dificultades de algunos jóvenes que deben enfrentar la vida adulta sin haber crecido con un mentor o una figura paterna a su lado.

“Quise explorar todas esas preguntas y realmente espero haber hecho lo mejor para encontrar auténticamente algunas respuestas y alguna redención”, agregó.

La irrupción de vida de Camila y las circunstancias que la rodean llevarán a Wes a plantearse hacía dónde y cómo quiere dirigir su vida para evitar que los errores que condenaron su infancia vuelvan a repetirse.

“La mayor influencia para él es ser capaz de reconocer los errores que cometió su padre y poder mirar eso y reconocer que podría estar siguiendo un camino similar si tomara las mismas decisiones que tomó su padre”, indicó por su parte Apa.

Aunque se presenten obstáculos en las relaciones familiares, y la lucha por cumplir los sueños se complique, aprender a perdonar “es clave en muchas de estas situaciones en las que no queremos perdonar”, admitió el director estadounidense.

A fin de cuentas, “todos podemos encontrar el perdón dentro de nosotros mismos en esas situaciones. Y, con suerte, esta cuestión de la redención y el perdón es algo que espero que la audiencia aprenda de ella”, sentenció Blatz. EFE

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