Marzo se ha convertido por antonomasia en el mes de la mujer y, aunque la idea original de nuestras publicaciones era seguir un orden cronológico, entre tantas artistas, hemos querido hacer un paréntesis para resaltar la labor de una, aun cuando su vocabulario visual tiene poco en común con el de las principales corrientes artísticas tradicionales, pues Belkis Ramírez ha venido cultivando sus frutos en un terreno muy distinto.
Cabe destacar que a pesar de que existen otros grabadistas e instaladores, pocos pueden, en el contexto dominicano, equipararse con ella, puesto que se ha encargado de crear un discurso visual sólido y coherente, teniendo desde un primer momento a la mujer como marco esencial de sus propuestas.
El tipo de proyecciones que mueven a esta creadora, están concebidas para que, en mayor medida, puedan ser adquiridas por un museo o centro de bienes culturales, toda vez que su fin social las convierte en piezas museables. No obstante, lo cierto es que este tipo de manifestaciones son de escasas oportunidades para la comercialización, en vista de que el público local está más acostumbrado a la pintura que a cualquier otra forma de expresión artística.
Ahora bien, en el caso concreto de Belkis Ramírez, dada su proyección internacional, se presenta la excepción, siendo en su género de las artistas más cotizadas en el mercado del arte.
En el universo de la creadora se dimensiona la fusión cultural con la vida cotidiana, sobre todo en aquello que tiene que ver con la mujer. Esto así porque en el tiempo en que inició su carrera, también empezó su lucha abogando por mejores condiciones para la mujer. Es esa fémina luchadora y hasta cierto punto vulnerada la que asume en sus trabajos, y por quien clama a través de su arte a fin de que alcance mejor suerte en la vida. Continuará.