Varias figuras pidieron poner atención a los feminicidios que afectan a RD y poner un granito de arena para prevenir
La gala número 34 de los Premios Soberano se convirtió en un grito de esperanza y un llamado de atención, a una sola voz, contra la violencia femenina, concentrando en medio del escenario a una gran mayoría de figuras que respaldaron el monólogo de Nashla Bogaert pidiendo cambiar los titulares a “más éxitos y menos violencia”.
“Pareciera que la violencia es una tendencia; está en lo cotidiano, como si estuviera de moda. Los hombres y mujeres de bien estamos gritando ¡basta! Esto no es un asunto de colores, géneros, títulos o estatus, se logran con unidad, educando; lamentablemente, en este momento solo podemos pedir justicia por las que ya no están, pero podemos hacer bastante por las que aún estamos en pie”, manifestó la también actriz.
Previo a su participación, fue el pelotero David Ortiz quien sorprendió con su petición. “Este fenómeno de los feminicidios en nuestra sociedad se está volviendo viral y esto necesita parar… debe terminar porque el único ser, después de Dios, que nos da la vida es la mujer y tiene derecho a vivir con respeto, dignidad y tolerancia”, dijo el Big Papi.
El boricua Ozuna, al recibir su Soberano Internacional, no se quedó atrás, y dedicó su galardón a la mujer dominicana, boricua y de todo el mundo completo. “Hay que cuidarla, valorarla y tratarla como una princesa, como se merece”, dijo al anunciar que estaba acompañado de su madre por primera vez en una premiación.
“La raza es una”, agregó José María Cabral más tarde al recibir los galardones a Mejor película y director por Carpinteros.
Con 26 de 46 categorías en diferido, nueve musicales, seis reconocimientos y ganadores como Toño Rosario, Francisca Lachapell, Héctor Acosta, Vicente García, Wason Brazobán, Frank Reyes y Zacarías Ferreria ausentes, Nashla Bogaert y Roberto Ángel Salcedo lograron salir airosos como conductores y equipo de la ceremonia del Soberano en el que tornaron las críticas en su contra a su favor, como fue en el caso de Salcedo, quien empezó burlándose de su ausencia en galas pasadas.
Los reconocimientos de este año recayeron en el folclorista Francisco Ulloa, quien pidió “cuidar nuestro país, nuestra gente y nuestro premio”, Ozuna y Yuri en el apartado internacional, Cecilia García por sus cinco décadas en el arte, Domingo Bautista por sus 40 años en los medios de comunicación, y Daddy Yankee por su labor solidaria.
Este año, además de presentar un tema musical con talentos nuevos (JJ Sánchez, Patty M, Roger Manzano y Karolina Becker) en el que los conductores se sumaron bailando y cantando, el opening estuvo a cargo del segmento urbano con el “Bye bye” de Mozart La Para, Liro Shaq y Chimbala, además de “La vainita” que lleva Don Miguelo. A diferencia del año pasado, el musical no logró resaltar.
Dejando lo mejor para el final, Daddy Yankee puso el broche de oro con su “Dura”, acompañado de dos bailarinas especiales: Caroline Aquino y Ana Carmen León, el mejor de la noche, seguido del tributo a Sergio Vargas con Eddy Herrera, Cherito, Sexappeal, Gabriel y El Mayor, además de los 25 años de Víctor Manuelle junto a Revolución Salsera.
Ozuna y Natti Natasha sorprendieron con una débil participación, mientras Yuri y su homenaje a José José y “La pimienta es la que pica de Fefita la Grande, Milly Quezada y Maridalia Hernández junto a El Prodigio y el Ballet Folclórico Nacional impregnaron color al escenario y puso al público de pie.
Alberto Zayas logró una producción atractiva que mantuvo al público, en su mayoría, presente en la sala y atento a cada intervención, aunque no se salvó de los constantes baches de entrada y salida y de la mala combinación de vestuario de los bailarines con las pantallas que en ocasiones no permitieron apreciar.