Magnífico respaldo del público a la obra que se presenta en la Sala Ravelo del Teatro Nacional, dirigida por Ramón Santana.
Irving Alberti logra la mejor actuación de su vida, hasta ahora, en el papel de un piloto, mayor del ejército alemán, que ha decidido derribar el avión, para evitar una tragedia mayor: la muerte de 70 mil personas que se encontraban en un estadio, hacia donde unos terroristas dirigían un avión comercial con 164 personas, entre ellos dos niños.
La contensión que logra impregnar a su personaje, la severidad de sus gestos, la adusta gravedad de su rostro, incluso el tremor que logra impregnarle a su cuerpo en determinado momento en que discute con la fiscal (Luvil Hernández), son de los mejores momentos de esta puesta en escena dominicana.
Solo algo me chocó y es el muy traído por los pelos discursito sobre República Dominicana.
La obra del escritor y abogado penalista alemán Ferdinand Von Schirach, es cuestionadora y polémica en su esencia misma.
La puesta en escena, que cuenta con escenografía de Fidel López e iluminación de Ernesto López, es ágil y sólida. Ágil en la mezcla de ambientes, desde un avión que va a despegar, y sólida al ofrecer el de un juzgado, donde tiene lugar la vista para sentenciar el caso.
Beba Rojas -si bien tiene a su cargo el discursito que hace referencia a República Dominicana, algo que resulta un pastiche innecesario y kistch-, ofrece un desempeño actoral que sorprendió a quien suscribe ya que no le conocía en esa tesirura dramática, capaz de ofrecer una diversidad de intesidades bien administradas y convincentes.
El juez de Orestes Amador es severo, pero a la vez se nota demasiado inclinado hacia una sola parte de la balanza, y por momentos parece encontrarse dentro de un maniqueísmo romo. Claro, debe ser que el personaje fue diseñado originalmente de ese modo.
La actuación de la excelente Luvil González es orgánica e intensa. A veces demasiado subida y roza, sin llegarlo, a la sobreactuación. Hay parlamentos técnicos muy largos que parecen durar un siglo.
El personaje que asume Yanela Hernández es el de una enfermera que ha enviudado a raíz del derribo del avión donde viajaba su esposo. Suyos son el dolor y esa capacidad intrínseca de hablar con las miradas, que a veces dicen mucho más que los parlamentos.
La actuación de Richard Douglas ocurre a través de la tecnología. Asume el rol de un experto militar en aviación, que debe testimoniar su punto de vista sobre la tragedia. Si bien la grabación está realizada hay momentos en que se siente que está respondiendo otra pregunta y no la que le han hecho. Ocurrió una vez el domingo.
No obstante lo innovador de “Terror”, está en quienes van a juzgar el caso y que tienen en sus manos la decisión final del caso.: el público asistente a la obra.
La votación se realiza a través de un código QR donde se incluye el email del votante. De hecho hay un sitio web al cual se puede acceder y conocer en tiempo real a nivel mundial las votaciones sobre la obra.
Datos interesantes de Ferdinand von Schirach
Ferdinand von Schirach (Múnich, 1964)es el autor de esta obra polémica. Jurista de profesión y escritor de oficio, es hijo de un comerciante de Múnich, Robert von Schirach, y de Elke Fähndrich, así como nieto del jefe de las Juventudes Hitlerianas, Baldur von Schirach. Su bisabuela desciende de dos firmantes de la Declaración de Independencia de los EE.UU. así como de los padres fundadores de los Estados Unidos, los peregrinos del Mayflower.