Madrid. El escritor y expolítico nicaragüense Sergio Ramírez dedicó el mayor galardón de las letras hispanas a los fallecidos en las protestas contra la reforma de la seguridad social en su país.
“Permítanme dedicar este premio a la memoria de los nicaragüenses que en los últimos días han sido asesinados en las calles por reclamar justicia y democracia, y a los miles de jóvenes que, sin más armas que sus ideales, siguen luchando porque Nicaragua vuelva a ser república,” dijo Ramírez al recibir el Premio Cervantes de 2017 de manos del rey Felipe VI de España.
Ramírez, que fue vicepresidente con Ortega al frente del gobierno nicaragüense entre 1985 y 1990, lució un crespón en la solapa durante la ceremonia del Premio Cervantes en la Universidad de Alcalá de Henares, cerca de Madrid.
El escritor había participado el domingo en una protesta en el centro de la capital española para pedir el fin de la violencia en su país, a la que se refirió como “represión insostenible”.
Autor de más de 20 novelas, además de numerosos ensayos y cuentos, Ramírez es el primer nicaragüense premiado con el Cervantes, por el que recibirá 125,000 euros (148,000 dólares).
El premiado agradeció la influencia de otros autores latinoamericanos como Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa y recordó a Sergio Pitol, un “cervantino hasta la médula porque nunca se atuvo a la pesadez”, fallecido este mes en México. Criticó a los caudillos “disfrazados de libertadores, que ofrecen remedio para todos los males”, los “caudillos del narcotráfico vestidos como reyes de baraja”.