El cantautor nicaragüense Luis Enrique anhela ayudar a “quienes han dejado de sentir que pueden lograr sus sueños” con su primer libro, en el que relata su vida.
“El ser indocumentado no te traba el camino completamente, uno puede hacer muchas cosas siéndolo”, dice “El príncipe de la salsa”, en una entrevista con Efe con motivo de la publicación de Autobiografía. El libro, editado en español por HarpersCollins, salió a la venta el lunes y su presentación será el miércoles en Coral Gables (Miami-Dade).
Después de Miami, promocionará su libro por varias ciudades de Estados Unidos y luego por América Latina, empezando por Nicaragua, donde estará entre el 10 y el 11 de octubre. Este pionero de la “salsa romántica” y líder en las redes sociales, con más de 1,6 millones de seguidores, lamenta que no va a tener tiempo para visitar Somoto, el pueblo donde comienza su biografía hace casi 55 años, el 28 de septiembre de 1962. El libro está específicamente dedicado a todo aquel que ha llegado al país norteamericano sin documentos, una situación en la que su autor estuvo por diez años. Para Luis Enrique, no es que las cosas para los inmigrantes indocumentados estén hoy peor que nunca, como algunos dicen. Siempre “ha sido difícil”, lo verdaderamente grave es que la situación no ha cambiado en 30 años, señala el autor de éxitos como “Yo no sé mañana” y “Amiga”. Desde que el presidente republicano Ronald Reagan dictó una amnistía migratoria en 1986, gracias a la cual él pudo hacerse ciudadano estadounidense, los problemas -afirma- siguen siendo los mismos, incluido el de los llamados “dreamers” (soñadores), los jóvenes inmigrantes llegados de niños y sin documentos y protegidos hasta ahora de las deportaciones por un programa de Barack Obama.