Cuando el periodista es la noticia, significa que todo anda boca abajo. Que el sentido de la comunicación se invirtió y… ¡sálvese el que pueda!
El gran poeta y periodista cubano Raúl Rivero -que en paz descanse- clamaba: “Dios mío, dame la mediocridad”. Pero Dios nunca lo complació. Sin embargo, lo hace con otros especímenes, con exceso evidente.
Desde Nueva York un llamado periodista envía ráfagas de notas de prensa sobre su existencia. Se autodenomina el más influyente. Como algunos se lo han creídoy lo invitan a FITUR. Él, con entusiasmo revolucionario, fue a Madrid a fiturear (¡bendito verbo creado por Aníbal de Castro!), y lo primero que hizo fue enviar una nota de prensa anunciando: “Llega a Madrid el connotado …”
¡Vainas así dan una vergüenza ajenaaaaa!
Y lo peor es que todos se ríen de esa persona, en vez de llamarle a la cordura. Se ve que no tiene amigos.
Ayer no más otro caso se convirtió en hazmerreir en los chats de WhatsApp.
Una joven, bella y no dudo que talentosa comunicadora, anunció a través de una nota de prensa que “la comunicadora fulana de tal continúa sumando grandes trabajos a su carrera en la comunicación, ahora… se encuentra en la ciudad de Miami dando cobertura…”.
Los periodistas nunca son la noticia. Los periodistas nunca deben ser el objetivo de una nota de prensa, menos enviada por sí mismo. O pagada a alguien para que haga de relacionista público de uno.
La vanagloria, el autoelogio, la petulancia, el engreimiento, la presunción, son los adjetivos más terribles en la vida de un verdadero periodista.
En el cementerio de Camagüey, hay una lápida debajo de la cual no descansa nadie. Los restos de Dolores están en una fosa común. La mulata linda desdeñó el amor de un barbero poeta. Se entregó a un español que a la postre la abandonó. Enferma de viruela, el barbero la cuidó hasta el final y escribió su epitafio: “Aquí Dolores Rondón / finalizó su carrera / ven mortal y considera / las grandezas cuáles son: / el orgullo y presunción, / la opulencia y el poder, /todo llega a fenecer / pues solo se inmortaliza / el mal que se economiza / y el bien que se puede hacer”.