El director René Fortunato realizó el sábado, en el Teatro Nacional de Santo Domingo, la gala premier de su ópera prima Patricia, el regreso del sueño, luego de su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Montreal.
Esta noche hará lo mismo en Santiago y el miércoles en Higüey, antes de colocar el filme en la cartelera general el próximo jueves. Previo a la premier, Fortunato había recibido una invitación para participar en la edición XXXII del Festival de Cine de Trieste, a celebrarse del 18 al 26 de noviembre.
Patricia, el regreso del sueño representa el primer largometraje de Fortunato, y al igual que en sus documentales, es notable su interés de “rescatar, preservar y difundir la memoria histórica del pueblo dominicano, para contribuir así a fortalecer los valores culturales de la nación dominicana”.
“Con la misma pasión, responsabilidad y compromiso con la sociedad dominicana que han caracterizado mis documentales, con esos mismos sentimientos presento ahora mi nueva producción cinematográfica, esta vez, en el campo de la ficción”, expresó René Fortunato previo a la proyección de Patricia, frente a un público selecto que se dio cita en la sala principal del Teatro Nacional.
Si el matrimonio con el pasado ha sido una constante entre el director dominicano y sus documentales anteriores, con esa misma sábana cubre de pie a cabeza su nueva película de personajes amargados por las promesas rotas, la nostalgia y la melancolía, pero que se levantan por el amor.
Aunque los protagonistas, Amauris Pérez (Juan Carlos) y Stephany Liriano (Patricia), hacen un esfuerzo con una u otra escena acogedora, lo más valioso de esta historia es la fotografía que se sustenta en espectaculares escenarios naturales de Santo Domingo (especialmente de la Ciudad Colonial), La Vega, San Pedro de Macorís y la ciudad de Nueva York. Amén de que se percibe una saturación de imágenes de los flamboyanes, las escenas naturales “hablan” a favor de un guión endeble de diálogos entre Patricia y Juan Carlos. La “reconstrucción” del pasado que hacen recordar una casa o un cine son efectos valiosos, al igual que la música original creada por Missael Mañón e interpretada por la orquesta La Camerata Washington Heights, bajo la dirección del maestro Caonex Peguero.
En los 116 minutos de duración (se extiende innecesariamente con algunas escenas, como el reportaje del noticiario televisivo en el rodaje de una película, por ejemplo), la cinta se sustenta con algunas actuaciones sobresalientes, como las de Geisha Montes De Oca, en el papel de “Nereyda” (que muy bien podía encajar como Patricia), Miguel Ángel Martínez, quien le dio vida a “Toribio” (con la mejor construcción en los diálogos) y Johnnié Mercedes como “Jorge”. Pero antes que Patricia vaya al Festival de Cine de Trieste, el público dominicano es el que tiene la última palabra en las salas de cine del país.