Pablo Milanés nació el 24 de febrero de 1943 en la ciudad de Bayamo, al oriente de Cuba, donde recibió la influencia de la trova tradicional. Este viernes hubiese cumplido 80 años.
Fallecido el pasado 22 de noviembre en Madrid, sus restos descansan en una necrópolis de la capital española, por deseo propio.
La verdad es que Pablo Milanés parece que no se sentía cómodo en Cuba, sobre todo después de la represión por las manifestaciones del 11 de septiembre, y por las promesas incumplidas más de 60 años después.
Pablo fue un hombre amistoso, cálido y abierto a la gente.
“La característica humana más notable de Pablo era su capacidad de amar a todo el mundo”, dijo en exclusiva a elCaribe su director musical Miguel Núñez, desde Madrid.
“Era un ser único en ese sentido. Era capaz de unirnos a todos, de compartir, todos juntos. Creo que esa era su característica primordial. Fíjate que Pablo estaba en un lugar y era un hormiguero de gente. Y en su casa estábamos siempre. Ibamos todos de todas partes. Y de todas partes del mundo”, manifestó el músico que tocó por primera vez con Pablo a los 14 años.
Miguel Núñez, su pianista por 36 años y director musical, dijo a elCaribe que “Si en la Guerra de Independencia a Antonio Maceo se le llamó el Titán de Bronces, hoy Pablo sería el Titán de bronce del siglo XX y XXI. Un hombre que luchó contra todas en la vida. Para mí es el Titán de bronces de hoy en día en Cuba”, admitió.
Sinsabores y ataques le trajo “Su posición honesta sobre todos los problemas mundiales y sobre nuestro país (Cuba). A él le moslestó mucho la situación que existía en estos momentos en Cuba y el mundo, pero sobre todo en Cuba, porque era su país y era el pueblo que él más quería. Indudablemente se fue con ese dolor, de no ver lo mejor. Y pienso que él al final decidió no rendirse -porque no se rindió-, pero sí cantar, cantarle a la vida, y a través de esas canciones decir las cosas, porque ya él lo había dicho todo. En realidad ya él lo había dicho todo”, insistió.
“Yo creo que se fue con ese dolor. Pienso que el concierto que hicimos en junio en La Habana, fue un concierto de despedida a todo su pueblo que él quería. Se botó. Se vio una vez más que el pueblo cubano idolatraba a Pablo Milanés”, observó quien es un virtuoso del piano.
Para el también arreglista. Milanés y él coincidieron en el amor por la música barroca. “Pablo escuchaba el barroco todos los días, todas la horas. Y sobre todo cuando nos reuníamos en su casa los domingos y los días de fiesta, en el momento que fuera… barroco! Concierto grosso de Bach, Preludio y fuga de Bach, Las Cuatro Estaciones de Vivaldi. Eso era fijo totalmente en una reunión en casa de Pablo”, recordó. “Él insistió bastante en el barroco durante todo el tiempo que estuvimos juntos”.
Según Miguelito Núñez, 2quedaron algunos planes por cumplir. Sobre todo a Pablo, que siempre estaba inventándose cosas, formatos y creando nuevas historias. Con este formato que teníamos con la cual hacíamos la gira Días de luz, nos debíamos un disco de estudio. Por suerte hicimos un concierto en vivo que fue muy bonito, el que hicimos en La Habana. Pienso que si estuviere aquí, estaría inventando formatos Era muy inquieto en ese sentido”.
Pablo Milanés, el ser humano, el artista
Fue fundador del Movimiento de la Nueva Trova y del grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, junto a Noel Nicola, Silvio Rodríguez y otros. Fue castigado en las UMAPS (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), por sus opiniones en los años 60. En los años 90 la burocracia estatal cubana sofocó su Fundación PM desde la cual apoyaba artistas creadores con poco apoyo gubernamental. Por sus opiniones sobre Cuba fue acremente atacado por bocinas oficialistas. Ganó varios Grammy latinos y un Grammy a la Excelencia Musical.