Una maravillosa colección de tres libros: Poética, Antología de mujeres del siglo XVI, XVII y XVIII, respectivamente, nos ofrecen una visión de la creación lírica de “nuestras madres culturales”. Se vende en Cuesta Libros.
Las escritoras incluidas en estas tres antologías forman parte de la construcción de la sociedad de la que formamos parte. Y antes de que se acaben de perder en el olvido de este mundo digital, de Inteligencia Artificial y de poca gente dada a la poesía, es muy loable su publicación
Se trata de una colección de sobria y cuidada edición, bajo un diseño que dignifica desde las mismas portadas, contenidos que nos ponen en el espejo de la memoria cómo era entonces. Por aquí y por allá se atisban detalles de un ayer que no deberíamos olvidar.
Entre las antologadas figura Leonor de Ovando. Se sabe de esta mujer y monja, nacida en Santo Domingo en 1544 y fallecida entre 1611 y 1615, que fue una de las primeras poetas del Nuevo Mundo.
Fue religiosa profesa en el Monasterio de Regina Angelorum de la Imperial Orden de Predicadores. Ylonka Nacidit Perdomo cita que según una información del 6 de diciembre de 1561, en el monasterio había ocho monjas dominicas. Ya en 1584, eran 26 las monjas en la Isla Hispaniola y ella su priora.
Observa la destacada investigadora literaria dominicana que Leonor de Ovando era de estirpe lo cual “se reconoce mucho más cuando se sabe que desde su celda individual en el monasterio de su orden, sin estar clandestina en esos memorables muros, envía versos de estilo barroco, con poca preocupación formal, matizados por el uso de la metáfora y la repetición, con aire de conceptismo místico-devoto, al doctor Eugenio Salazar de Alarcón (1530-1602). Oidor de la Real Audiencia de Santo Domingo de 1574 a 1580), autor de un Canto en loor de la muy leal, noble y lustrosa gente de la ciudad de Santo Domingo”.
En respuesta a uno de Eugenio de Salazar
“El niño Dios, la Virgen y parida, / el parto virginal, el Padre eterno, / el portalico pobre y el invierno / con que tiembla el autor de nuestra vida.
Sienta, Señor, vuestra alma y advertida / del fin de este don y bien superno / absorta esté en aquel, cuyo gobierno / la tenga con gracia guarnecida.
Las pascuas os dé Dios, cual me las disteis / con los divinos versos de esa mano; / los cuales me pusieron tal consuelo,/ que son alegres ya mis ojos tristes,/ y meditando bien tan soberano,/ el alma se levanta para el cielo”.
Contenido incluido de Leonor de Ovando
Nuestra Leonor de Ovando está incluida en el tomo correspondiente al siglo XVI. Suyos son los poemas “En respuesta a uno de Eugenio Salazar”; “De la misma señora al mismo en la Pascua de Reyes”; “De la misma señora al mismo en respuesta de uno suyo”; “De la misma señora al mismo en respuesta a otro suyo”; y “De la misma señora al mismo en respuesta de otro suyo, sobre la competencia entre las monjas bautistas y evangelistas”.