El concierto, realizado en la noche del domingo 30 de marzo, en el Bar Juan Lockward del Teatro nacional Eduardo Brito, fue presentado por la directora y coordinadora de Alianzas Francesas de República Dominicana: Ivanne Girard, ante la presencia de Brigitte Venois, consejera de cooperación y acción cultural de Francia en RD.

Nedjim Boizzoul es dueño de una voz rara. Firme, poderosa, de barítono, capaz de alcanzar, sin embargo rangos de tenor. Hay algo en esa voz que habla de los desiertos, de los diwanes de los siglos XII y XIII, y a la vez de hoy.

Pero eso lo que hay en el trasfondo. Bouizzoul es un hombre del siglo XXI que se ha formado en el viaje. Y esa es la esencia de su grupo, fundado en Quebec adonde emigró a los 18 años, con su madre y hermanas. Allí comenzó cantando en el metro. Es autodidacta, lo cual se nota en el modo un poco rústico pero seguro de colocar las notas en el brazo de la guitarra.

Sus influencias y sus sensibilidades van mucho más allá de su natal Argelia. Canta en francés, en español, en árabe argelino. Lo andaluz, lo caribeño, lo norteamericano le son tan consustanciales como sus raíces. Y de esa mezcolanza nace eso que es Labess, mostrado la noche del domingo en el Bar Juan Lockward del Teatro Nacional. El grupo es más que un trío, formato con el cual viajó a clausurar el Mes de la Francofonía en República Dominicana.

Su sed de sonoridades es intensa, amplia, abarcadora. La guitarra o las guitarras bordonean con su voz que canta, al unísono a veces. Rasgan y puntean en las notas medias y graves y excepcionalmete en las agudas. Mas hay que destacar al virtuoso Tito Sono en la guitarra prima, quien puntea con gran rapidez, y que evidentemente conoce desde hace tiempo la voz de Nedjim, y con él dialoga permanentemente con solo mirarse. Esa complicidad es el probablemente el latido más firme de Labess, que significa “Todo va bien”. Completó el trío un percusionista que no parece ser el habitual, y aunque útil, su propuesta percutiva es poco abarcadora.

Bouizzoul creció arrullado por el chaâbi de los músicos “hermanos mayores”, esto es música “del pueblo” (que esa es su traducción del árabe) donde reinó el gran El Hadji M’Hamed El Anka.

El canto de Nedjim es auténtico, como su propia propuesta artística, la de un hombre que va enlazando culturas. Canta al exilio, canta a las angustias del que da el salto al vacío para resetear su vida y recomenzar en otro mundo. Labess es un bardo de un cambio de era.

Algunas canciones

El concierto inició con una canción presuntamente argelina, extensa, hija justamente del chaabi. Hay improvisaciones por el camino, empata con otra y le entra al lerelé andaluz. Rumba gitana, a fin de cuentas, las notas se tornan más agudas.Luego Rosa qué linda eres, de anda por Barranquilla. Vuelve a por Argelia en Oh Mariii. Vamos con los gitanos, dijo para un cante jondo. Después No te vayas, no te vayas… El cuarto de Tula, de Sergio González Siaba. Otra más de gitanos. Entre otras, con referencias de Ketama y Gipsy King.

Posted in A & E, Gente

Más de gente

Más leídas de gente

Las Más leídas