Según los datos ofrecidos son más los daños que puede hacer la ausencia o modificación de la Ley de Cine que lo que representa en exención fiscal

La Ley de Cine está en salmuera. La tecnocracia se frota las manos. El viernes pasado Adocine reunió a sus miembros para analizar la situación. Probablemente nunca ha existido en República Dominicana una ley tan envidiada y vilipendiada. Desde que surgió ha tenido enemigos gratis por pipá, como se dice comúnmente. Sin embargo, la ley ha traído éxitos inusitados al país. Y justamente los jóvenes cineastas, muchos de ellos egresados de nuestras universidades, han sido protagonistas de los premios que ha recibido el país en festivales internacionales.

Un dato interesante es cómo las películas dominicanas van liderando el posicionamiento internacional en festivales de renombre como la Berlinale, Róterdam o Toronto, por ejemplo.

Entre los beneficios que ha traído la ley de cine está el hecho de que en la mayoría de las universidades donde se estudia cine, las mujeres son más que los hombres. Un país donde estudiar cine hace 20 o 30 años era -como dice Tanya Valette, directora de Cine de Altos de Chavón- “una apuesta incierta y una posible condena al desempleo”.

Con la promulgación de la ley, en 2013, los espacios de formación en el cine y en el audiovisual se expandieron no sólo al ámbito de la educación superior y técnica, también se incluyó en colegios y escuelas secundarias en todo el país.

Valette, quien fue directora de la famosa Escuela de Cine de San Antonio de los Baños, destaca: “He sido testigo del interés que existe por la creación cinematográfica en todo el país, desde sus zonas más recónditas y en gente de todas las edades”, asegura.

“La oferta es variada y muy cualificada. Es importante que pueda existir la posibilidad de escoger el lugar en el cual estudiar la carrera, en función del tipo de cine que quieres hacer o del sector dentro de él en el cual te quieres insertar al egresar. Ojalá que pronto pueda haber ofertas para quienes quieran dedicarse a los aspectos más teóricos del oficio, como el análisis y la crítica o más puntuales, como la programación en salas y festivales o la restauración y preservación de archivos y que podamos dar cabida a nuestros propios programas de especialización en las áreas técnico-creativas.”, reflexionó la profesora.

Chavón ha graduado 168 estudiantes en siete promociones. Buena parte de ellos se han insertado en el mercado laboral creado por la industria. Otros han salido del país para especializarse en los distintos oficios del cine.

Se destacan los programas Pasantías, para quienes están en proceso de formación y Mi Primer Empleo, para egresados en capacidad de iniciar su etapa escalonadamente.

Estima lógica y sensata la preocupación en las instituciones que ofrecen estudios con las amenazas que cuelgan sobre la Ley de Cine. Debe afrontarse “con lucidez y cuidándonos de no caer en especulaciones. Es preciso estar alertas y generar ideas para poner sobre la mesa, lo cual es muy posible que sea necesario. Somos un colectivo con diversidad de intereses y criterios, que ha demostrado unidad y capacidad de diálogo”.

Félix Manuel Lora y Ana Bélgica Güichardo en La Semana Mas Corta.

Ante una pregunta acerca de qué cree que podría pasar en caso de que el artículo 34 sea variado o prácticamente inutilizado dentro de la Ley de Cine, Tanya Valette se muestra optimista y quiere “creer firmemente, que la ley no será eliminada y que de haber modificaciones, lo que parece ser el caso, los diferentes sectores involucrados podamos sentarnos a dialogar, para encontrar juntos y juntas y con una responsabilidad compartida, las vías que hagan posible que podamos seguir desarrollando nuestro cine de una manera sostenible para el sector y para el país”.

“La Ley de Cine ha sido y sigue siendo una herramienta esencial para el desarrollo de un cine nacional, tanto en términos de industria -fundamental para la creación de infraestructura y empleos- y de una maquinaria capaz de cobijar esa otra manera de hacer un cine más pequeño, pero no menos importante, que es ese cine quizá más autoral, pero no por ello sin vocación para ser también comercial”.

El cine dominicano ostenta múltiples registros, para diferentes tipos de audiencias, tanto a nivel nacional como internacional “y hemos visto nacer y desarrollarse a cineastas que no hubiesen podido soñar con tener una voz y que sus historias, nuestras historias, pudiesen llegar a miles de personas en el país y en el mundo”, afirma.

“La Ley es muy necesaria, como regulador de un sector que transita por intereses que podrían ser contrarios entre sí, desde la creación, pasando por la producción, hasta la exhibición, porque el cine es arte, es técnica, es industria y según el modelo de producción en el cual nuestro proyecto encaje, apela a distintas formas de negocios”.

Expresó que la Ley ha democratizado el acceso a los medios “y hay que seguir profundizando en ello, dar pasos hacia adelante, sin poner en riesgo lo ya existente”.

A los estudiantes de cine recomienda: “Seguir creyendo en la necesidad de conformar sus voces y poéticas propias y la importancia de la formación en ese proceso y, por otro lado, involucrarse de manera activa en los espacios que existen o que deben crearse, para exigir que el estado asuma su responsabilidad en la cultura y en las políticas necesarias para la preservación de la misma. El cine es parte esencial del patrimonio tangible e intangible de un país, genera emociones, imágenes, sonidos, universos, historias que construyen identidad y le demuestran al mundo que existimos”.

Tanya Valette.

Las mujeres son más

Ana Bélgica Güichardo, directora de la Escuela de Comunicación de la PUCMM, calcula que entre todas las universidades y centros de estudio, debe haber 4,000 estudiantes de cine en el país. “Tenemos registrados más de 1,370 egresados entre ambos campus (sin contar los de la próxima graduación el sábado próximo). La proporción es la siguiente: hombres 45% y mujeres 65%”, afirma.

Acerca del nivel educativo de los egresados de las universidades opina que es “es bastante completo porque atiende a necesidades específicas de la industria del cine. Luego de haber sido representante de las instituciones educativas ante el CIPAC entre 2020 y 2024, pudimos constatar el trabajo de equipo que se realiza en las instituciones educativas para perseguir la calidad en el cine frente a las demandas del mercado, coordinado por la DGCine”.

La también organizadora de la ya conocida Semana más Corta recuerda que en la pasada edición de ese festival universitario se reflexionó acerca del artículo 34 de la ley: “Creo que es una amenaza real que hemos visto desde las instituciones del Estado que no se dan cuenta de que los beneficios de la Ley de Cine son como una gallina de los huevos de oro y es el país el dueño de esa gallina”.

Cuenta que durante la pandemia el turismo de Samaná no sufrió tanto como en otros países, “porque el incentivo de la Ley atrajo a muchas producciones de cine de otros países, principalmente desde Hollywood. Esto trajo beneficios tangibles, que económicamente benefician al fisco, porque todo lo que se hace en el cine paga impuestos”, indica.

Para Ana Bélgica Güichardo la Ley de Cine es productiva y multiplicadora. Sus beneficios “son imposibles de visualizar en una sola mirada, pero cuando sacas balance te das cuenta de que hay mucha gente haciendo vestuarios, comidas, transporte, formación, luces, sonido, en fin, empresas muy variadas que están funcionando hoy, y que pagan impuestos, porque existe la ley”, afirma la doctora en Comunicación Ana Bélgica Güichardo.

La ley hay que defenderla

Alfredo Padrón, de INTEC expone que gracias a la Ley de Cine República Dominicana se ha convertido en “el lugar ideal para la producción cinematográfica por excelencia en el Caribe”.

Para el catedrático: “Si la ley de Cine está en riesgo, se pone en riesgo todo lo anterior, no se trata sólo de las universidades, que por supuesto en nuestro caso son la principal preocupación, pero se trata de algo mucho más trascendente”.

“La ley es perfectible y que si se pueden modificar aspectos de ella que han generado preocupación, es nuestro deber estar abiertos a ello, pero siempre con la convicción de hacer lo mejor por defenderla y hacer que sea factible y sustentable en el tiempo”, resumió convencido.

Cristina Zapata de Unibe.

La IA y el cine

La Universidad Iberoamericana ha entregado a la industria más de 100 egresados de Licenciatura en Comunicación Audiovisual. Actualmente 60 estudiantes cursan Comunicación Audiovisual y unos 25 están matriculados en la nueva Licenciatura de Producción de Cine y Multimedia. Cristina Zapata, directora de la Escuela de Comunicación de Unibe, expresó que las universidades hacen un esfuerzo consciente para alinearse con las necesidades de la industria global, lo que incluye la incorporación de tecnología de punta y la promoción de la creatividad y la innovación en la producción audiovisual. “En Unibe, por ejemplo, hemos integrado herramientas de inteligencia artificial (IA) en nuestro programa, permitiendo a los estudiantes explorar nuevas fronteras en la creación de contenido. Además, estamos enfocados en formar a los líderes de la industria del mañana, brindándoles no solo las habilidades técnicas necesarias, sino también una comprensión profunda de las tendencias emergentes y la ética en el uso de tecnologías avanzadas”, manifestó.

Cristina dice que la Ley de Cine ha sido un motor fundamental en el crecimiento de la industria audiovisual dominicana. Y “la preparación y la adaptación son claves para enfrentar cualquier cambio. Mientras más preparados estemos como industria, más fortalecidos seremos para enfrentar los desafíos que puedan surgir”. Opina que la diversidad medioambiental y sus infraestructuras son fortalezas en nuestro caso, junto con la “capacidad de innovación y resiliencia”, lo que nos permitirá “seguir avanzando y posicionándonos como un destino de primer nivel para la producción cinematográfica”.

“Les recomiendo que sigan adelante con sus estudios y su pasión por el cine. La industria cinematográfica es dinámica y siempre habrá oportunidades para aquellos que estén bien preparados y sean innovadores. Es fundamental estar informados sobre las leyes y las políticas que impactan al sector, pero también es crucial continuar desarrollando sus habilidades y creatividad para enfrentar cualquier desafío que pueda surgir”, concluyó Cristina Zapata.

Datos del jefe de Cátedra de Cine de INTEC

La Licenciatura en Cine y Comunicación Audiovisual comenzó en agosto de 2016. Cuentan con un total de 169 egresados, de los cuales 78 masculinos y 91 femeninos. Actualmente cuentan con una matrícula activa de 168 personas. El 12 de octubre se gradúan 24 de ellos.

El currículum de la carrera en INTEC lo integran un total de 78 asignaturas y 213 créditos, donde se combina la formación artística y técnica del estudiantado a través de asignaturas que combinan aspectos teóricos y prácticos a través de un modelo educativo basado en el desarrollo de competencias.
(Datos ofrecidos por Alfredo Padrón)

Reacciones

Quiero creer firmemente, que la Ley no será eliminada y que de haber modificaciones, lo que parece ser el caso, los diferentes sectores involucrados podamos sentarnos a dialogar,”
Tanya Valette
Directora cine Altos de Chavón

Los estudiantes deben profundizar en el estudio de la identidad nacional en el cine dominicano. Esto es que lo que nos va a hacer trascender en el panorama mundial cinematográfico”
Ana Bélgica Güichardo
Decana facultad comunic. PUCMM

En Unibe hemos integrado herramientas de inteligencia artificial (IA) en nuestro programa, permitiendo a los estudiantes explorar nuevas fronteras en la creación de contenidos”
Cristina Zapata
directora Esc. Comunicación UNIBE

Es nuestro deber estar abiertos a modificarla, pero siempre con la convicción de hacer lo mejor por defenderla”
Alfredo Padrón
Director carrera de cine Intec

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