Cuando José Manuel Calderón entró el 30 de mayo de 1962 a los estudios de grabación de Radio Televisión Dominicana para ponerle la voz a la canción “Condena” (Qué será de mí), de Bienvenido Fabián, no tenía idea del nombre del género musical que la identificaría, más allá de lo que en la sociedad se conocía como “música de guardia”.
“El nombre (bachata) surgió, como quien dice, el otro día, comparado con los 56 años que cumple este 30 de mayo… Nosotros no sabíamos lo que estábamos haciendo, para serte sincero. Estábamos tocando y cantando. Éramos jovencitos todos (de 19 a 20 años de edad), no vivíamos de la música, porque no éramos músicos de estar tocando en los sitios”, recordó Calderón.
Solo querían integrarse de cualquier manera al pentagrama musical, aunque fuera a nivel de lo que se consumía en el barrio con los “discos de guardia”. “Y Dios, que fue quien dirigió todo, metió la mano, y la repartió para el mundo entero”, dijo el veterano cantante, quien celebra con júbilo los 56 años de la primera grabación de lo que hoy se conoce como bachata.
El término “bachata” (de origen africano), la Real Academia Española lo define como una “juerga” (“jolgorio”: regocijo, fiesta, diversión bulliciosa). Más tarde se le incorporó otro significado: “canto popular dominicano”.
“La palabra se podía interpretar como que era un desorden, era con ese propósito, de ese color fue que pintaron el género en sus inicios, para seguir denigrándolo. Sin embargo, parece mentira, sucedió todo lo contrario, y lo que le hicieron fue un favor, porque ya no es solamente la palabra bachata, sino que la bachata es música… el significado se lo puso el oyente, los seguidores que la apreciaban”, observó José Manuel Calderón.
Cincuenta y seis años después de grabar el primer tema, la expansión internacional y el auge que mantiene el otrora ritmo de amargue no le sorprende al cantante de 77 años, al destacar los aportes de figuras de la talla de Romeo Santos, Anthony Santos, Prince Royce y Juan Luis Guerra.
Lo que más le llena de satisfacción es que el género se mantiene con mucho valor en el corazón del pueblo, no solamente dominicano, sino del extranjero.
“Fue un regalo que Dios le mandó al mundo a través de la República Dominicana, de nosotros… por eso, muchas veces tenemos que hacer hincapié en el asunto y defenderla. Hay países que, dado el negocio tan grande que representa la bachata, quieren atribuírsela… entonces no, eso es muy nativo, muy de aquí”, manifestó el intérprete.
Valoró que se han sumado muchos artistas extranjeros para expandir el ritmo que “el pueblo impuso, mantuvo y sostendrá, sabe Dios hasta cuándo”.
Calderón también guarda la esperanza de que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) integre la bachata a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Hace poco, el embajador dominicano ante la Unesco, José Antonio Rodríguez, entregó la documentación necesaria ante la Oficina de Patrimonio Inmaterial del Organismo.
Calderón también mencionó que se encuentra escribiendo un libro con la periodista y poeta Marivell Contreras, donde, incluso, solicita al gobierno dominicano que declare un Día Nacional de la Bachata. “Ojalá que sea el 30 de mayo que se declare Día de la Bachata, como se hizo con el merengue, y si ya va caminando por allá, por la Unesco, es posible que eso se dé aquí”, puntualizó.
Para el cantante, de no ser un 30 de mayo le quitaría originalidad a la fecha, no importa que coincida con el ajusticiamiento de Trujillo. “Si se le pone otro día, se le quita origen; vamos a hacer las cosas con base fundamental. El día que naciste, es cuando deben declararte”, sostuvo.
“Hay que seguirla enriqueciendo”
A sus 77 años de edad, José Manuel Calderón se mantiene en los escenarios. En febrero pasado cantó en compañía de 54 músicos, en la Plaza de la Bandera, para conmemorar el Día del patricio Matías Ramón Mella”. El concierto “Sinfonía por la Patria” contó con la producción de Grisel Estrella y la conducción de Osvaldo Cepeda.
Al cantante no le preocupa que muchos bachateros aderecen el género con ritmos urbanos. “Es todo lo contrario. Cuando veo que le ponen fusiones y cosas, también me siento más bien que el caray, porque no debe quedarse estática. Hay que seguirla enriqueciendo. No es lo mismo una bachata con dos guitarras que con 54 músicos”, puntualizó en una entrevista con elCaribe.