Pocas veces se han visto puestas en escena de este nivel en Latinoamérica. Solo comparables con puestas de los mejores escenarios mundiales, Juana la Loca… reivindica el buen gusto en tiempos del dembow.

Cuando la generación joven haga sus puestas en escena ¿recordarán la puesta en escena de “Juana la Loca ¿Locura o conspiración?” La versión de Richardosn Díaz de la obra original de Manuel Rueda, que fue premio de teatro Tirso de Molina, en España en 1995 puso en movimiento a muchas alhajas y vestido caro haciendo palmas y larga ovación final de la mise en scene que significa el verdadero y definitivo regreso del mejor director artístico de República Dominicana: Guillermo Cordero.

La obra original de Manuel Rueda había sido hecha pero no en teatro, sino en danza, por Ballet Roto. Mas su autor no la pudo ver, murió poco antes.

El espectáculo teatral más completo, lleno de virtuosismo escénico que probablemente se haya visto en República Dominicana es este. Su nivel es solo de los más grandes escenarios del mundo.

Cuando por fin se levantó el telón comenzó a caminar la rueda dentada del tiempo (voz en off, música como de caballería), el mecanismo de relojería que permitió deslizar planos hacia los lados, arriba o abajo, adelante o atrás, fue tan eficiente como mágico, porque en cada movimiento había seres humanos deslizándose, mientras renacía el personaje nacido en1479 y fallecido en 1555. Cada una de las 19 escenas de la obra, muestra aspectos del drama humano de Juana I de Castilla, un ser que vino a la vida a sufrir, como una mosca atrapada en la tela de araña más impenetrable del poder europeo. Vilipendiada y atropellada además de por su propia madre, por su padre, su esposo y su hijo.

Algunos aspectos destacables

La música acompaña los picos dramáticos, aunque al principio más sabía a banda de filme light de siglo de Oro. Después la música se desliza por el drama como un personaje más, ya insertada molecularmente en el cuerpo de la obra.

El espléndido vestuario, variado y excelentemente confeccionado, merece mención aparte por la gran cantidad de personajes involucrados, cuerpos diferentes y significados diversos. Maquillaje y peluquería igualmente tuvieron que realizar creaciones de varias horas.

Otro aspecto de atención primerísima es la calidad de la iluminación, con esos ambientes del medioevo que nadie ha visto, pero intuimos, coronada con efectivos tiros de luces, que al menos en dos momentos se dan verdaderas descargas sobre alguno de los personajes, que son punto y aparte y punto final.

Calidad actoral

“Cisneros, Juana está enferma. Enferma de amor”, dice sobre ella en uno de sus parlamentos la reina Isabel la Católica, en la piel de una Elvira Taveras no solamente orgánica (esto en ella es lo normal) y convincente, sino creativa y diferente.

Es un acierto definitivamente la selección de actores. Personas de distintas generaciones y todas con excelente calidad. Desde la magnífica interpretación de Juana la Loca en una Carlota Carretero que echa mano a cuanta herramienta tiene para este exigente personaje, lleno de matices y de estados de ánimo hasta su versión joven por Mary Gaby Aguilera que logra altas cotas de sensualidad junto al Felipe el Hermoso de Joseguillermo Cortines. Richardson Díaz como sacerdote que escucha la vida de Juana.
Karina Noble de María de Ulloa, Ernesto Báez de Rey Fernando, Hony Estrella, en Beatriz de Bravante; Pepe Sierra tan metido en el Cardenal Cisneros, que tras bambalinas, y en felicitaciones aún seguía en el papel. Sin desdorar a los obispos de Papachín y José Roberto Díaz.

Pero esos movimientos coreográficos incluidos el Coro de Castilla, el Ensamble y los Caballeros, logran un entretejido denso y puntual, sobrio y contenido, que le aportan a la obra una profundidad y una elegancia pocas veces vista. ¡Ah, si se pudiera llevar al cine!

Discursos y aniversario del Teatro Nacional

En el cincuentenario del Teatro Nacional se hicieron escuchar cuatro discursos, que al final fueron acompañados de la protesta del público.

Jeny Podestá, líder de la Fundación del Teatro Nacional hizo una larga dedicatoria; replicada a su vez por Milagros Germán, ministro de Cultura; Carlos Veitía, director del teatro y la vicepresidenta del Gobierno Raquel Peña, quien pidió calma, pues iba a ser breve. Y lo fue.

Lo importante, el festival diseñado para los 50 años sigue en pie.

Posted in A & EEtiquetas

Más de gente

Más leídas de gente

Las Más leídas