De seguro, muchos han estado pensando sobre los bienes materiales e intangibles que dejó el fallecido cantautor Anthony Ríos y de sus herederos, sus 26 hijos.
Al final del 2016, el propio intérprete confesó a elCaribe que tenía un patrimonio que incluía propiedades y una serie de cosas que “me dan para vivir”, entre ellas “dos serpientes”. Sin embargo, monetariamente, explicaba que solo poseía dinero “para vivir” y esperaba que sus hijos sean lo suficientemente unidos, porque “si dividen el dinero se los llevó quien los trajo”.
“Yo nunca he tenido dinero a montones. Dinero pa’ vivir decentemente, darme ciertos caprichos e irme para donde quiera y cuando quiera sí, pero tener dinero acumulado no es ser rico (…) Yo quizás no tengo un chele, pero vas a ver muy poca gente tan rico como yo”, sostuvo en una entrevista con este diario.
Un año después de ser operado (a finales del 2015 se sometió a una cirugía de corazón abierto), explicaba que había gastado bastante recursos de lo que tenía en sus problemas de salud.
Producto de una carrera artística que inició en 1970, de los bienes que acumulaba, se le contaban tierras en Villa Altagracia (con una casa en forma de pirámide), y hace unos años se enteró que era heredero de un terreno precioso cerca de la playa en Las Terrenas (Samaná), pero desistió de este porque mucha gente lo había invadido. Además, tenía dos casas en el Distrito Nacional, entre ellas un apartamento donde vive uno de sus hijos. Ocho meses antes de su muerte, Anthony decidió vender otro apartamento en Santo Domingo.
Tesoro musical
Durante casi 50 años, la magia de su voz y de su puño brilló en la época del LP, pero no mermó en las etapas de los casetes, del Disco Compacto (CD) y de las plataformas digitales, era que ha aniquilado el interés de los artistas para producir álbumes físicos.
“Casi todas las canciones de su legado las escribió Anthony. Cuando él llegó al Combo Show, de Johnny Ventura, tenía dos mascotas de temas escritos, para ponerte un ejemplo de la riqueza musical y de lo productivo que fue él como compositor, no solo para ponerle su propia voz, sino también para que otros intérpretes nacionales e internacionales las cantaran”, recordó Servio Polonio, quien estuvo al lado del fallecido artista por más de 30 años.
Como compositor, Anthony recibía sus pagos por derecho de autor, y ahora corresponde a los herederos ponerse al día con las cuentas del creador, fallecido el pasado 4 de marzo.
“Generalmente, la composición hay que pagarla para toda la vida. Sus hijos deben seguir cobrando ese patrimonio, porque es parte del legado de musical que dejó el artista”, agregó.
Entre los cantantes que grabaron temas de Ríos, figuran la boricua La Sophy (“Ultimátum”), la peruana Lissette Álvarez (“Si un día te sientes solo”), el colombiano Pastor López, la puertorriqueña Yolandita Monge (“La distancia”), Pecos Kambas, Fernando Villalona (“Confundido”), entre otros.
De su fábrica de éxitos de cargado sentimiento se destacan temas como “Viejo amigo”, “Si usted supiera señora”, “Indignación”, “Fatalidad”, “Si un día te sientes sola”, “Canción de adiós”, “Ella es, tú fuiste”, “La mancha”, “Hoy daría yo la vida”, “Pudiera ser”, “Como chavala en mi vida”, “Amada amante”, “Señora tristeza”, “Un gran amor y nada más”, “Si entendieras”, “De dónde sacas tú”, “Elige”, “Lo que te espera”, “Confundido”, “Con el permiso de mis sentimientos”, “El rostro mío”, “Jaula de oro”, “Nada somos ya”, “Porque te entregas”, “Mujer primorosa”, “El vaso desechable”, “Hoy no es ayer”, “Yo te amo”, “Corazón mágico”, “Mercedita”, “Voy a dejarte” y “Cuenta conmigo”.
“Ya eso es un patrimonio de su familia. Son 26 hijos y ellos tienen que ponerse de acuerdo”, puntualizó Servio Polonio.
Los descendientes se reunieron en Villa
Anthony Ríos siempre consideró que lo que mejor administró en toda su vida fue el respeto entre sus 26 hijos, hacia el prójimo y a la patria. La mayoría de sus descendientes se reunieron el pasado domingo en la casa de Villa Altagracia; estaban haciendo anécdotas sobre su padre, y no se sentía ese ambiente de querer salir de nada, sino de mantener su legado.
“Siempre estaré ahí para lo que necesiten. Nunca me consideré el mánager de Anthony, sino el amigo que hacía negocios para él, porque la relación de nosotros iba más allá de una comisión o de una paga por un contrato, y eso permanecerá así más allá de la muerte, porque para mí él sigue vivo, ahí está su legado”, dijo Polonio.